Ana María Ibarra
“Un solo cuerpo, un solo Espíritu”, es la cita que este año iluminará el Retiro Diocesano de Pentecostés y que, dadas las condiciones de contingencia, se llevará a cabo de manera virtual a través de la página de Facebook del Movimiento de Renovación Católica Carismática en Espíritu.
A este retiro fue invitado el predicador Andrés Arango, quien concedió una entrevista a Periódico Presencia.
¿Cuál es el mensaje que ofrecerá a través de este evento en junio?
Me han pedido que hable en ese tema de tres cosas fundamentales que nos dijo el Papa Francisco a la Renovación Carismática Católica en Pentecostés del año pasado. Nos hizo una invitación a trabajar por la unidad: la unidad en la Renovación, en la Iglesia, entre los cristianos, en todo el mundo. También a expandir, a promover la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo en toda la Iglesia, esta experiencia de que somos conscientes de que el Espíritu Santo habita en nosotros, que nos ha regalado dones y carismas en los sacramentos, que nos regala nuevos dones para la misión que nos encomienda. Promover esta experiencia en toda la Iglesia, que todos los católicos cristianos seamos conscientes de que el Espíritu Santo habita en nosotros, nos da regalos para el servicio der la Iglesia y la comunidad. El tercer punto que voy a hablar, es el servicio a los pobres. Estamos llamados como Renovación Carismática, como Iglesia, a ver las necesidades de los demás, ayudar al necesitado, como nos dice la palabra de Dios en el evangelio según San Mateo capítulos 25. Esto en el contexto del amor que busca servir a los demás y que todos estemos conscientes de que el Espíritu Santo, Dios, habita entre nosotros.
¿Cuál considera que ha sido la actuación del Espíritu Santo en medio de esta pandemia?
El Espíritu Santo nos ha hecho conscientes de que dependemos completamente de Dios, de que somos débiles, que si no estamos unidos a Dios, ni la tecnología, ni los avances del mundo nos pueden salvar. Un virus tan pequeño nos ha demostrado que nadie está inmune, que realmente necesitamos depender de Dios. He visto muchas personas que estaban alejadas de Dios, volver a Dios, reconocer que por nuestras fuerzas no somos nada. Ese es el moverse del Espíritu Santo dentro de cada uno de nosotros… el Espíritu Santo ha venido a recordarnos que dependemos completamente de Dios, que no podemos caminar solos. Esta pandemia es algo que nos ha afectado a todos, traspasa murallas, traspasa fronteras y debemos estar pendientes de los demás, unirnos y volver a Dios.
¿Cómo debemos dejar actuar al Espíritu Santo en esta pandemia?
Serían dos cosas que, algunas personas ya están haciendo, pero es una invitación a quienes no: Primero, este es un momento de orar. Debemos dejar que el Espíritu Santo se mueva en nuestras vidas para orar de manera personal, acercarnos a Dios, contarle nuestros miedos, temores, dificultades, esperanzas.Y es un momento de volver a la Iglesia doméstica. Ahora que muchos estamos en nuestros hogares en cuarentena por la pandemia, se puede orar en familia el Rosario, ver la santa misa, hacer oración espontánea.
Lo segundo, conectado con lo que voy a hablar en el retiro, es servir a los demás, servir a los más necesitados. No es momento de pensar ahora sólo en cuidarnos nosotros mismos y nuestra familia, sino de cómo cuidamos a los demás. El Espíritu santo nos está moviendo a ser más sensible a las necesidades de los demás. Podemos agarrar el teléfono y hacer una llamada a un familiar que tal vez está solo, si un vecino que es de alto riesgo en esta pandemia, ya mayor que no puede ir a comprar su despensa, ir al supermercado y ayudarle a comprar la comida. Cosas sencillas, pero debemos dejar al Espíritu Santo que se mueva en nosotros. El amor es eso, cuando uno es cristiano, es católico, el amor no es sólo amar a Dios, es amar a nuestros hermanos y hermanas.
¿Cómo cree que la Iglesia Católica, desde la misión de los laicos, ha respondido y se ha modificado a raíz de esta pandemia?
Desde el Concilio del Vaticano II, en los 60s, hemos oído que es momento del servicio de los laicos, y es algo que hemos visto en la Iglesia en los últimos años en la renovación carismática, y distintos movimientos. Pero en esta pandemia lo que ha hecho el Espíritu Santo es darnos creatividad para la evangelización. Lo fundamental para nosotros católicos es la Eucaristía, es nuestro centro, fuente y culmen de nuestra vida cristiana y mientras abren las iglesias la podemos vivir en internet, pero sabemos que la vida cristiana- católica es más que la Eucaristía. Ahora he visto muchos laicos, a través de las redes sociales, evangelizando, haciendo grupos de oración, haciendo congresos, diferentes tipos de enseñanza. Muchos laicos han tomado la iniciativa. El Espíritu Santo ha modificado la manera de evangelizar y entender que la parroquia no es sólo el templo físico, sino que la Iglesia somos cada uno de nosotros, por eso, espero que cuando todo esto logre pasar, volvamos a la Eucaristía a nuestras parroquias, pero que esto nos haya ayudado a estar las 24 horas del día, 7 días a la semana, unidos en la evangelización.
¿Algo más que desee agregar?
Dice San Pablo: ¿No saben ustedes que son templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en ustedes? Realmente es una invitación a que todos los días digamos: ven Espíritu Santo, ven y muévete en nuestra vida.
Que el Espíritu Santo nos dé la esperanza de que vamos a salir adelante de esto; la fe de que el Señor nos está cuidando, y nos dé, sobre todo, amor para cada uno de los más necesitados.