Ana María Ibarra
Favorecida por la misericordia de Dios, la comunidad diocesana fue testigo de la ordenación de seis nuevos diáconos transitorios. La misa de ordenación diaconal se realizó el pasado sábado 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, en la parroquia El Señor de la Misericordia, presidida por monseñor J. Guadalupe torres Campos. Son seis
Después de haber concluido su formación en el Seminario, Alonso Martínez Gutiérrez,
Christian Alexis García Garza, Diego Carreón González, Guadalupe Daniel Chavira Martínez, Gustavo Valenzuela Lara y Javier Iván Villegas Olivas, quienes, después de la proclamación del evangelio, fueron llamados por el diácono permanente Félix Carrera.
Los jóvenes, delante del obispo, dieron testimonio voluntario de querer pertenecer al ministerio de los diáconos.
La Iglesia, en la persona del rector del Seminario, el padre Jesús Manríquez, pidió al obispo ordenar diáconos a los candidatos. El obispo, después de pedir el testimonio de la comunidad los aceptó pidiendo el auxilio de Dios.
Sal de la tierra, luz del mundo
En su homilía, el obispo reflexionó sobre el Evangelio de San Mateo: “Ustedes son la sal de la tierra, son la luz del mundo” y la primera lectura: “te formé, te conozco, te consagré”.
“Somos sus hijos, él nos conoce, los conoce a cada uno de ustedes y los ama. Hoy de manera especial los consagra para ser profetas. Ser sal para el mundo, para las comunidades es llevar a Cristo. Sean luz del mundo, sean transparentes, generosos, que brille en su vida la luz de la Palabra para anunciarla, celebrarla y vivirla”, expresó el obispo a los candidatos.
Luego los invitó a no caer en un ministerio sin sentido, sin sabor, sino brillar en la luz de Cristo.
“Sean siervos a ejemplo de Cristo. Sean permanente discípulos, misioneros llamados a servir al pueblo. Todos nos alegramos, estamos de fiesta. El don es de ustedes, pero también para nosotros, para la comunidad. Sean sencillos, humildes y puros a ejemplo de san Francisco y acérquense a María, nuestra Madre”, encomendó el obispo.
Rito de ordenación
Los candidatos fueron interrogados sobre su plena y libre voluntad para abrazar el celibato. Hicieron su compromiso de obediencia al obispo como símbolo de unión con la Iglesia.
Postrados, rostro en tierra, en signo de humildad, los candidatos recibieron la oración del obispo y del pueblo de Dios
Monseñor Torres impuso sus manos a los candidatos y realizó la oración consecratoria.
Los consagrados diáconos transitorios fueron revestidos según el modo diaconal, con la estola y la dalmática. Para ello, se contó con la familia y algunos sacerdotes elegidos por los ordenandos como sus padrinos.
Enseguida, el obispo entregó los evangelios a los nuevos diáconos y les dio el saludo de paz. Los diáconos presentes en la celebración se acercaron para darles también el saludo.
Durante el momento de la Comunión, los recién ordenados administraron la Eucaritía a los fieles.
Con alegría, las comunidades presentes atestiguaron al final de la celebración la entrega de certificados y el destino a donde iría cada uno como colaboradores adjuntos: continuarán en las comunidades donde hasta ese momento se encontraban como ministros.