Religiosas de diferentes congregaciones que sirven en la Diócesis local atravesaron la Puerta Santa de Catedral el pasado viernes 22 de abril, y para ganar indulgencia participaron en la Eucaristía celebrada por el obispo don José Guadalupe Torres Campos.
“Quisimos dar ese testimonio de peregrinar como el pueblo que somos y reflejarlo en toda nuestra vida, donde servimos”, dijo la religiosa Irene Muñoz, integrante del equipo coordinador de la vida consagrada.
En la actividad hubo tres momentos de confesión en los que las religiosas tuvieron la oportunidad de reconciliarse con Dios, seguidos de la Hora Santa presidida por el padre Guillermo Vargas.
Las religiosas también realizaron una procesión por Catedral y en la Puerta Santa fueron recibidas por el obispo, quien las roció con agua bendita para después presidir la Eucaristía.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”, fue como monseñor Torres inició su homilía.
“Hemos atravesado la Puerta Santa, es la plena y total voluntad, unir como cristiano, como hijo de Dios, como consagrado, sacerdote, obispo, mi decisión de seguir a Jesús, de encontrarme con Él y seguir el camino”, expresó.
Explicó que hoy Dios invita a vivir en la verdad de Cristo y entrar por el corazón, con libertad con generosidad, entrar por el camino que es el mismo Jesús.
“No pierdan la fe, crezcan en ella, den testimonio. Vivan en el camino y en la verdad con la esperanza de que mi vida de cristiano tiene un sentido, una meta y una casa que es la vida eternal”, dijo.
Además invitó a las religiosas a quitar las comodidades y salir a predicar y dar testimonio.
“El mundo como consagrados, como obispo, sacerdotes y fieles, nos espera para que vayamos y les hablemos de Dios y les transmitamos que Él es el camino, la verdad y la vida”, puntualizó don Guadalupe.