Este pequeño monaguillo de Nuestra Señora de la Paz quiere ser sacerdote
Ana María Ibarra
Servir en el altar y estar cerca de Dios es la mayor alegría de Miguel Ángel González Rodríguez, quien lleva siete de sus 10 años de edad sirviendo como monaguillo.
Durante este tiempo, su amor a la Eucaristía ha crecido tanto que diariamente acude a misa, en la que pide a Dios le conceda llegar a ser su sacerdote.
Llamado a servir
A los tres años de edad, a Miguel Ángel le gustaba ver a los niños que servían en el altar por lo expresó a su mamá su deseo de ser monaguillo.
“Empecé en Jesucristo Sol de Justicia con el padre Toño Urrutia y después me vine aquí, a La Paz, con el padre Carlos Márquez”, compartió Miguel.
Miguel compartió que no fue difícil aprender el servicio, pues sus compañeros monaguillos le ayudaban.
“Lo que más me gusta es que puedo servir a Dios y ayudar a las demás personas en lo que necesitan y dar un mejor ejemplo a los demás”, agregó.
Guadalupe, madre de Miguel, recordó que tuvieron que pedir autorización al obispo don Renato Ascencio, ya que Miguel no tenía la edad y no había hecho su primera Comunión.”
“El obispo dijo que sí, que si era el deseo del niño, él autorizaba”, dijo la madre de Miguel.
Aunque como todo niño, Miguel a veces se siente cansado por sus deberes y tareas, el amor a su servicio y a Dios lo lleva a misa diaria.
“Me gusta servir en el altar y estar cerca de Dios. Vengo a misa todos los días aunque no tenga que servir, y aunque a veces no me den ganas o tenga mucho trabajo o tarea, me gusta estar cada día más cerca de Dios y aprender más”, afirmó.
Agregó que lo que más le gusta es tener el incensario en las misas solemnes, porque sabe que al momento en que sube el incienso, es cuando se elevan las plegarias a Dios.
Quiere ser sacerdote
Miguel compartió que será monaguillo hasta los 15 años y después se irá al Seminario.
“Mi mamá me apoya mucho. Siento un llamado a ser sacerdote. Me motivó el padre Carlos, que en paz descanse. Me gustaba cómo motivaba a los jóvenes para que se acercaran más a Dios. En todas las misas oro para que Dios me conceda ser sacerdote”, dijo el jovencito.
“Me siento orgullosa de escucharlo, me llena de alegría el llamado que él siente, me llena de gozo saber que el pudiera ser sacerdote, que él trae en su corazoncito esa inquietud y yo lo apoyo”, agregó la mamá de Miguel.
El monaguillo compartió que sus amigos le preguntan por qué acude a misa todos los días y por qué lleva tanto tiempo siendo monaguillo.
“Les digo que porque me gusta mucho ir a misa y servir en el altar”.
Ahora, Miguel ayuda a sus compañeritos a que comprendan lo que es la misa, y les apoya en la formación.
“Hay que seguir adelante y enseñar a las personas que todavía no comprenden mucho lo que nosotros hacemos, y también dar un buen ejemplo. A veces no es fácil entender lo que hacemos, pero lo hacemos con amor”, finalizó Miguel.