Ana María Ibarra
Para dar inicio a la novena en honor a la Virgen de Guadalupe, la comunidad de Dios Padre recibió el pasado 3 de diciembre al doctor Héctor Zepeda quien compartió con los asistentes aspectos importantes de las apariciones de la morenita del Tepeyac así como de su imagen plasmada en el ayate del ahora santo, Juan Diego.
Al inicio de su ponencia, el doctor Zepeda resaltó que el mensaje de la Virgen de Guadalupe es un mensaje para todos los tiempos, y que su aparición causó la mayor conversión pacífica.
“Entre siete y ocho millones de mexicanos se convirtieron al catolicismo. Su mensaje cuenta con tres elementos: el acontecimiento, la historia y la imagen”, dijo.
Basado en el libro Nican Mopohua, donde se narran las apariciones, el doctor Zepeda expuso el acontecimiento reflexionando sobre cada una de las apariciones de la Virgen de Guadalupe desde el día 9 de diciembre.
Un dato que explicó el doctor Zepeda y que para muchos de los presentes era desconocido, es que el nombre de Guadalupe se lo transmitió a Juan Bernardino, tío de Juan Diego.
Historia e imagen
Datos importantes sobre la historia de los aztecas, antes de la conquista de los españoles, fueron compartidos por el doctor Zepeda, quien mostró algunas similitudes entre sus símbolos religiosos y la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Entre estos símbolos se encuentran la madre del dios Huitzilopochtli, el calendario azteca, la flor de magnolia, flor sagrada para los aztecas, así como colores representativos como el color dorado del sol y el color rosa que significaba la tierra.
“Todo esto tan significativo no fue casualidad. Después de 100 años de la conquista, viene esta Señora y les muestra su valor. En el manto de la Virgen se encuentra una pequeña florecita de cuatro pétalos y un círculo en medio, igual al calendario azteca. Los aztecas encontraron a Dios en esa flor, fue lo que realmente los convenció”, expresó el doctor Zepeda, quien explicó otros aspectos importantes en la imagen de la Virgen de Guadalupe. “Su mirada está en su vientre. Los aztecas sabían que esa Señora no es Dios, sino la madre que está adorando a Dios en su vientre”, concluyó.
Al finalizar su conferencia, el padre Jorge Iglesias agradeció al doctor Zepeda su análisis.