Presencia
Muchas inquietudes y dudas han surgido en la comunidad de Ciudad Juárez ante el hallazgo de 383 cuerpos acumulados en un crematorio, lo cuales debieron ser incinerados para entrega a sus familiares y su disposición final, lo cual no ocurrió.
Como se ha informado, los cuerpos encontrados estaban todos embalsamados, y hay algunos datan del 2020, se informó. Pero las autoridades siguen investigando los motivos por los que el crematorio tenía tantos cuerpos acumulados sin cremar.
En este sentido, Periódico Presencia ha querido ofrecer a los lectores una palabra respecto a lo que esto significa desde el punto de vista de la fe.
Como escribe el padre Eduardo Hayen, director de este semanario: “El cuerpo del cristiano es considerado «templo del Espíritu Santo» (1Cor 6,19)”, y esta enseñanza resalta que, al estar inhabitado por el Espíritu, “participa en la vida divina y debe ser tratado con respeto y pureza (CIC 364, 1004)”.
Entrevistamos al padre Juan Carlos López, licenciado en teología moral con especialidad en bioética, quien responde algunas preguntas que surgen desde el corazón cristiano respecto a este doloroso hecho acontecido en Ciudad Juárez.
Aquí la entrevista:
¿Qué opina del hallazgo de cuerpos de difuntos que debieron ser incinerados y no lo fueron?
Seguramente lo menos que pudiera decir, es que una situación indignante que rebasa de muchas maneras y en muchos sentidos los límites de un mínimo de conciencia humana. Es un drama que además de ser ilegal, es inmoral e inhumano. Me parece un ejemplo más de cómo la persona puede llegar a corromperse y lucrar económicamente aprovechándose de alguien más.
¿Qué hay que decir a las personas que tengan la duda sobre si su familiar está entre estos cadáveres hallados en este crematorio?
Aunque sé que es difícil que no se haya sembrado ya la duda en quienes necesitaron el servicio de alguna de las funerarias que parecen estar vinculadas con este crematorio, es importante no suponer en automático que su familiar sea uno de los mas de 380 cadáveres que fueron lamentablemente encontrados en este sitio. Conviene aguardar con paciencia la identificación de todos los cuerpos y que las autoridades correspondientes se pongan en contacto.
¿Qué se debe hacer con estos cuerpos desde el punto de vista de la fe? ¿un nuevo funeral, ofrecer misa?
Darles el trato digno que corresponde a todo resto mortal de cualquier persona. Para empezar, el resguardo adecuado de los cuerpos en un lugar que cumpla la norma establecida para la custodia y conservación de los cuerpos. Posteriormente el reclamo de los cuerpos y entrega a los familiares en los casos en lo que esto sea posible para que se les dé cristiana sepultura. Y obviamente toda la comunidad cristiana estamos llamados a orar por su eterno descanso y por el consuelo y la fortaleza de las familias que sufren, ya no sólo la muerte de su ser querido, sino también la toma de conciencia del trato indebido de sus restos.
Desde la enseñanza de nuestra Iglesia ¿cómo se debe disponer el cuerpo de un familiar difunto? ¿es moralmente válida la incineración?
La incineración dentro de la fe católica, es permitida siempre y cuando ésta no sea con intención de ser una expresión contraria a la esperanza de la resurrección.
Como creyentes nos corresponde siempre expresar con nuestros ritos fúnebres, el debido respeto que merecen nuestros restos mortales, no solo como expresión del afecto profesado en vida, sino sobre todo porque esperamos que ese cuerpo del que nos despedimos, como dicen las oraciones propias, habrá de resucitar un día lleno de vida y de gloria.
Una vez que se identifiquen los cuerpos ¿Qué debería hacer el familiar con la urna que le fue entregada?
Si bien esta pregunta me parece nos presenta una variedad de panoramas complicados tanto en sentido legal como emocional; me gustaría concentrarme en lo siguiente. Primero, si las cenizas ya fueron depositadas, aunque no sean las de su ser querido, considere (confiando en que sí son cenizas humanas) que hizo un verdadero acto de caridad, dando sepultura cristiana a quien muy seguramente nadie habría reclamado para orar por él y sepultarlo. Segundo, si las cenizas aún están en posesión de la familia, es decir, no han sido debidamente depositadas, quiero suponer que habrá la posibilidad de ser entregadas a la autoridad, para que debidamente puedan ser colocadas en la fosa común. Salvo que para ambos casos, la autoridad llegara a indicar la revisión de los restos cremados para verificar si son humanos.


































































