En medio de la tragedia por la tromba que azotó la ciudad hace unos días, surgió la solidaridad con las personas que lo perdieron todo por este fenómeno climático…obispo llama a estar pendientes y seguir apoyando a los necesitados.
Diana Adriano
Las lluvias recientes que azotaron Ciudad Juárez dejaron mucho más que calles anegadas: dejaron hogares destruidos, familias devastadas y una comunidad que lucha entre el dolor y la esperanza.
Uno de los sectores más golpeados fue el que rodea a la parroquia San Lucas Evangelista, ubicada entre las calles Mauricio Corredor y Francisco Sarabia, de la Colonia
Triste saldo
El padre Óscar González, párroco de la comunidad, relató con profunda preocupación cómo las precipitaciones afectaron gravemente a sus feligreses. “La primera lluvia fue muy fuerte, pero lo más grave ocurrió porque se abrió un dique en la zona de la Montada. El agua bajó con una fuerza tremenda y no dio tiempo a las familias de reaccionar. Muchas lo perdieron todo”, lamentó.
Casas inundadas, muebles arruinados, electrodomésticos inservibles y pertenencias arrastradas por la corriente son parte del saldo que dejó la precipitación pluvial. Y cuando la comunidad apenas comenzaba a levantarse, una segunda tormenta, más intensa que la anterior, volvió a golpear.
“En esta segunda lluvia, muchas familias se vieron aún más afectadas. Protección civil nos confirmó que había casas donde ya no había nada que recuperar. Fue muy duro”, explicó el sacerdote.
De la tragedia, a la esperanza
Sin embargo, en medio de la tragedia, surgió también la solidaridad. La Iglesia de Ciudad Juárez, desde las parroquias San Mateo, Nuestra Señora de la Paz, San Judas Tadeo, San Francisco de Asís y El Señor de la Misericordia, llegaron apoyos materiales, despensas, artículos de limpieza y ayuda económica canalizada a través de Cáritas y la Pastoral Social.
“Se siente la presencia de Dios en estos momentos difíciles. La gente ha respondido con mucho amor: se han unido para limpiar casas, armar despensas, cocinar para quienes no tienen cómo hacerlo. Hemos recibido donaciones en especie y en efectivo, que estamos organizando cuidadosamente para ayudar en la recuperación de estas familias”, agregó.
Ayuda a los hermanos
Otra de las comunidades que rápidamente respondió al llamado de ayuda fue la parroquia San Mateo, a través del grupo ACTS Hombres, quienes se organizaron para apoyar a los a los afectados por las lluvias, aledaños a la parroquia San Lucas Evangelista.
Luis Ernesto Chávez López, miembro del movimiento ACTS de San Mateo, compartió cómo surgió la iniciativa.
“Todo comenzó con el padre Aurelio, párroco de la comunidad, quien empezó a convocar a la comunidad para recolectar víveres, ropa, artículos de limpieza… lo que fuera necesario para apoyar a San Lucas. Nosotros ayudamos a trasladar todo lo recabado y entregarlo allá para su distribución”.
La respuesta fue abrumadora. Según Luis, el sábado 28 de junio llevaron cinco camionetas cargadas de ayuda y el lunes 30 de junio otras siete.
“Llevamos despensas, ropa de agua, platos, vasos, tazas, calzado, artículos de limpieza personal… de todo un poco. La comunidad respondió con el corazón abierto”, señaló.
La entrega no fue solo en especie, también fue emocional.
“La gente de San Lucas estaba muy agradecida. No se esperaban tanta ayuda y se sintieron acompañados. Muchos de ellos lo perdieron todo”, dijo Luis.
Actualmente, el grupo ACTS sigue activo recabando artículos que aún hacen falta. “Nos dijeron que ya no necesitan ropa, pero sí productos de limpieza personal como shampoo, jabón, pasta dental, así como agua y despensas. Seguimos recolectando todo eso en la parroquia”, explicó.
Mientras el párroco de san Lucas, padre Oscar González hizo saber que actualmente se requiere principalmente agua embotellada, artículos de limpieza personal, toallas y cobijas,
Luis hizo un llamado a no bajar la guardia:
“Este es el momento de ayudar, de poner nuestro granito de arena”, dijo al destacar que el verdadero rostro de la Iglesia es el del servicio, la empatía y el compromiso con el prójimo:
Cocina con Causa
La ayuda no se detiene, la comunidad de San Mateo ha anunciado una nueva iniciativa para seguir apoyando a las familias damnificadas de la parroquia San Lucas Evangelista: “Cocina con Causa”, una jornada solidaria que busca recaudar fondos mediante la venta de alimentos.
A través de sus redes sociales, la comunidad informó que la actividad se llevará a cabo el domingo 6 de julio, de 8:30 de la mañana a 7:30 de la tarde, en las instalaciones de la parroquia.
El evento contará con una variedad de platillos tradicionales como gorditas de maíz fritas, enchiladas y menudo, además de bebidas como sodas, café, y una selección de paletas artesanales y otros antojitos.
Todo lo recaudado será destinado al apoyo de las familias afectadas por las contingencias.
La invitación está abierta a toda la comunidad juarense.
TESTIMONIO
El agua llegó de golpe…perdimos todo
Las lluvias no solo dejaron calles intransitables, sino también historias humanas marcadas por la pérdida, el miedo y la resiliencia.
Una de esas historias es la de don Víctor Hugo A. Sáenz, feligrés de la parroquia San Lucas Evangelista, quien lo perdió todo.
“Yo estaba en el patio cuando empezó a llegar el agua… me subió hasta los hombros. No pude salir por la puerta, el agua la azotó y ya no se abría, tuve que salir por el techo”, relató don Víctor con voz que aún reflejaba la angustia vivida.
Tras lograr salir de su hogar, el entrevistado fue en busca de su suegra, que se encontraba en las mismas condiciones.
“El agua llegó de golpe, como si la hubieran soltado toda de trancazo. Se hizo como una presa y luego se regresó, empezó a meterse a las casas. Aquí al lado una casa la agarró completa”, contó.
Don Víctor y su familia -esposa e hijos- sufrieron pérdidas totales: muebles, ropa, electrodomésticos, documentos… todo quedó bajo el agua y el lodo.
“Desde temprano estamos sacando cosas, y aún queda mucho por limpiar. Primero vino una lluvia, limpiamos con ayuda de amigos, y luego vino otra peor y volvió a meterse todo. Dicen que se reventó la presa y que por eso bajó tanta agua desde la Sierra”, explicó.
La vía cercana, conocida como el Arroyo de las Víboras, se desbordó afectando a decenas de viviendas a su paso. Don Víctor recuerda esa escena con tristeza, pero también con gratitud. “El padre Óscar vino con seminaristas a ayudarnos a sacar el lodo. El padre Hugo, de Santa Inés nos trajeron comida, me dieron ropa, unos tenis… porque ando todo enlodado. La parroquia ha estado muy al pendiente, gracias a Dios”, expuso.
Aunque la devastación es grande, don Víctor mantiene la fe y la esperanza. Agradece el apoyo recibido y hace un llamado a la solidaridad:
“Hoy por nosotros, mañana por otros. Hay muchas familias como la mía que están en muy mal estado. Ojalá que la ayuda siga llegando.”