Ana María Ibarra
Con 30 años de trayectoria y 16 de estos yendo a cantar serenata a la Virgen de Guadalupe en Catedral, Gerardo Fierro, llamado el “Príncipe del falsete”, estrenó la madrugada del 12 de diciembre la canción “Virgencita buena, Lupita milagrosa” de su autoría.
Inspirado en Guadalupe
Fue después de la celebración eucarística presidida por el obispo diocesano cuando Gerardo Fierro apareció vestido de charro para cantar a la Morenita del Tepeyac.
«Hoy cumplo precisamente 16 años consecutivos de estar brindándole serenata a nuestra morenita”, expresó Gerardo.
En entrevista previa a su participación compartió que la canción “Virgencita buena, Lupita milagrosa” nació de su experiencia en esos 16 años.
«Cada año que vengo a la Catedral observo a la gente que acude en esta fecha: la viejecita que viene sola, a la persona enferma, a los extranjeros. Y eso me impulsó a escribir esta canción”, compartió.
Si bien, ya tiene varias composiciones en su trayectoria, esta es la primera dedicada a la Virgen de Guadalupe.
“El arreglo se hizo por parte del maestro Miguel Barrón, exintegrante del Mariachi Vargas de Tecalitlán y la música y toda la grabación está hecha en Guadalajara. La canción ya está en todas las plataformas y gracias a Dios, la gente la está recibiendo muy bien”, expresó contento.
Cabe señalar que la melodía ya se escucha también en estaciones católicas como Radio Guadalupana y Cristo Rey Radio, además de en “La Rancherita” donde Gerardo tiene un programa dedicado a la música ranchera.
Encomendado a la Virgen
Nacido en El Paso, Texas, pero radicado en Ciudad Juárez, dijo sentir una emoción muy grande ya que es una responsabilidad año con año acudir a dar serenata en la Catedral.
“Es una emoción y una bendición estar aquí”, expresó.
Gerardo dijo sentir una responsabilidad de llegar a los jóvenes a través de la música vernácula, para que sientan la música mexicana y la grandeza que tiene.
“Tenemos como mexicanos una herencia musical muy grande que es el mariachi. Esta música y nuestras creencias van de la mano. Los colores verde, blanco y rojo los vemos en las fiestas de las parroquias, en las colonias y es una algarabía muy grande, es algo muy bonito”.
Aunque reconoció que antes de participar en la serenata a la Virgen de Guadalupe su devoción a la Morenita no era tan grande, desde hace 16 años ha palpado su amor y su auxilio.
«Ella está siempre presente en los corazones de todos los mexicanos, y del mundo entero, porque incluso hay gente que no es mexicana, pero son guadalupanos. Esa es la grandeza de nuestra Madre, que siempre está con sus brazos abiertos para cobijarnos con su manto. Cada día me encomiendo a ella en mis oraciones”, puntualizó.