Testimonios de dos jóvenes que participaron en el XXIV Congreso Juvenil Católico del Movimiento de la Renovación…
Ivonne es una joven estudiante de preparatoria que vivió el Congreso Juvenil Católico realizado el pasado fin de semana en la diócesis.
Decidió acudir debido a que ha pasado por situaciones difíciles, entre ellas el acoso sexual, por las que incluso comenzó a autoflagelarse.
La comunicación con su madre no era buena, así que decidió callar, pero siguió manifestando mucha angustia.
“Cuando mi madre se dio cuenta de que me acosaban, yo me sentí nada… ella vio mi diario y me reclamó por no contarle, pero no me sentía con la confianza de hacerlo”, compartió.
Pero gracias a Dios, como ella misma hoy lo reconoce, uno de sus maestros comenzó a hablarle de Dios, por lo que regresó a un grupo de Confirmaciones donde recibió la invitación para asistir al Congreso.
“Mi maestro me dijo que todo tiene solución y que lo Dios quiere es que no me haga daño, sino que sea feliz”, dijo la joven de 16 años, quien durante la oración de sanación en el primer día del Congreso, cayó en descanso.
“Sentí una paz profunda y como si estuviera Dios a mi lado”, expresó.
“En el auxilio espiritual me dijeron que Dios está conmigo y que podía expresar mi dolor sin gritar, con esa paz de saber que Dios está conmigo…”, compartió.
Conocer a Dios
Paty tiene 14 años y apenas hace dos semanas se unió a un grupo de jóvenes de una parroquia, donde una amiga la invitó a vivir el Congreso Juvenil Católico para dejar en manos de Dios sus problemas, que la llevaron a fumar mariguana.
Compartió que a causa del abandono de su papá hace tres años, su mamá tuvo que trabajar y dedicó menos tiempo a sus hijos. Paty empezó a salir con amigos equivocados que la indujeron a fumar marihuana.
Presente en el Congreso Juvenil católico, Paty sintió el amor de Dios e intentó comenzar un diálogo en la oración frente al Santísimo, cuando el padre Jaime Pérez invitó a los muchachos reflexionar sobre su vida y traer a su mente un momento malo.
“En ese momento me desbordé en llanto…los de auxilio espiritual me llevaron a un cuarto donde me dijeron que Dios me ama y me pidieron abrir mi corazón, ya que Él está dispuesto a ayudarme”, dijo.
“Yo no sabía qué es caer en descanso y caí…hicieron oración por mí y me sentí muy tranquila, sentía algo que me envolvía y después ya no supe de mí”, agregó quien ahora dice feliz: “Ya tuve ese encuentro con Dios”.