Sor Gaby, Hermana Dominica de la Doctrina Cristiana, encontró a Cristo en la comunidad migrante-trans que vive en Ciudad Juárez…
Diana Adriano
En 2021, Gabriela Durán, religiosa de la congregación Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana, tuvo la oportunidad de observar una experiencia singular de comunidad y solidaridad en Juárez.
Mientras buscaba encauzar donativos que llegaban al convento de su congregación religiosa en El Paso, se dirigió a un callejón cerca del Puente Santa Fe y el Río Bravo.
Allí, se encontró con un edificio abandonado, que inicialmente le pareció inadecuado para su propósito. Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula al descubrir que el lugar estaba ocupado por más de 300 personas, quienes habían transformado el edificio de cuatro pisos en un hogar improvisado.
Dirigido por Grecia Herrera, una persona transexual, el espacio se organizaba de manera ejemplar.
Los ocupantes, provenientes de diversos contextos, en su mayoría migrantes, y con habilidades variadas, colaboraban para mantener el lugar en condiciones habitables.
“Encontré a personas que con sus conocimientos en reparación del hogar, confección de cortinas, o en cocina, contribuían con sus talentos para el beneficio común”, recordó la religiosa.
Sor Gaby dijo que atesriguar este esfuerzo colectivo de un grupo que llegó a sumar hasta 400 personas viviendo en armonía, le causó una grata sorpresa.
Y describió la experiencia como una manifestación tangible del Reino de Dios.
Transformación y apoyo
En entrevista con Presencia, la religiosa reflexionó sobre cómo ha sido testigo de una experiencia transformadora a raíz de esta experiencia.
“Este hogar -que se llama Respetttrans – tiene la peculiaridad de que alberga a personas trans,” compartió Sor Gaby, a la vez que explicó el origen de este sitio:
“Grecia, la persona que dirige el lugar, es enfermera y colaboró en la Casa del Migrante. Se dio cuenta del maltrato y discriminación que sufrían los migrantes trans, y al saber que en ningún lado los querían atender, se sintió movida a acoger a estas personas. Así surgió Respetttrans, un lugar donde se acoge y atiende con respeto a estas personas.”
Experiencia personal
Sor Gaby contó que comenzó a visitar el refugio de manera esporádica, llevando donativos y pasando tiempo con los residentes.
“Ayudaba a limpiar frijoles, hacer comida, y comer con ellos», recordó.
“Luego, en ese lugar construyeron un nicho para la Virgen de Guadalupe y, por iniciativa de los mismos huéspedes del albergue, comenzaron a rezar el Rosario todas las tardes”.
Esta experiencia fue para sor Gaby profundamente enriquecedora.
“Uno de los desafíos personales era encontrarme, acercarme y convivir con las personas trans. Poco a poco, con el pretexto de ayudarles a cocinar, me fui acercando a ellos. Una de las experiencias más bonitas fue pasar la Semana Santa de 2023 con esa comunidad”, dijo.
“Fue muy especial porque ya no era solamente yo la que iba al albergue, sino que algunas de mis hermanas de la congregación comenzaron a asistir, y tuvimos reflexiones con todos,” señaló.
Luego, la comunidad vivió momentos de profunda espiritualidad, con la presencia del padre Felipe Ramos, párroco de Nuestra Señora del Rosario, quien celebró la misa del Jueves Santo y la del Sábado Santo.
Para Sor Gaby, fue una semana llena de significado personal y comunitario.
“Experimenté cómo Jesús quiere acercarse a las personas más rechazadas, alejadas de Él, las más olvidadas. Para mí, fue una semana muy significativa «, expresó.
Destacó que el Viacrucis que realizaron el Viernes Santo fue uno de los momentos más conmovedores, pues sirvió para acercar a todos a un sentido más profundo de compasión y amor.
Ese Viacrucis fue dedicado a los migrantes que fallecieron víctimas del incendio en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración. Se realizó desde el albergue y caminando hasta esas instalaciones a un costado de la Presidencia Municipal.
Pero más allá de ese acto en el que todos se unieron para reflexionar sobre la Muerte de Cristo por la Salvación de la Humanidad, el impacto de esa Semana Santa transformó por completo la labor pastoral de la religiosa dominica.
“En el albergue hay personas que creen en Dios y otras que no. Nosotros no tratamos de evangelizarlos o catequizarlos, sino simplemente escucharlos, hacer presente el amor de Jesús entre ellos. Y creo que ellos lo percibieron, y es lo que hizo que todo fuera tan especial”.
Una Comunidad de Esperanza
Aunque actualmente el contacto de Sor Gaby con el albergue es esporádico debido a una nueva misión encomendada, reconoce la importancia de un acompañamiento constante.
“Sé que les hace falta un acompañamiento más continuado. Siempre que necesitan apoyo espiritual o que tiene que ver con la Iglesia, nos buscan, pero por mi misión actual no puedo estar con ellos de manera regular,” explicó Sor Gaby.
A pesar de las limitaciones, el tiempo de sor Gaby en Respetttrans ha sido profundamente significativo y de alguna forma también ha dejado huella, pues permanece el vínculo para que estas personas -que son supuestamente ignoradas por la Iglesia- de alguna manera tengan contacto, se sientan amadas por Dios y puedan vivir una espiritualidad desde el amor de Jesús.
“Ha sido una experiencia sencilla y profunda de cómo el reino de Dios se puede construir,” reflexionó.
“Yo según iba a compartirles esperanza, pero me hacían ver que la esperanza la tienen ellos. Sus ojos brillan de esperanza”, dijo.