Diana Adriano
El 23 de septiembre se celebra Día Internacional en contra de la Explotación y Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños para recordar a la sociedad la urgente necesidad de erradicar esta problemática que persiste en muchas partes del mundo.
En Ciudad Juárez, el Proyecto Cihuatl, de las hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, se dedica a brindar apoyo a mujeres que han sido víctimas de trata y prostitución. Este esfuerzo cuenta con la colaboración de voluntarios comprometidos, como Denisse Barraza Talavera, quien ha entregado ocho años de su vida a esta causa.
Voluntaria
Denisse inició su labor como voluntaria a los 21 años, cuando aún cursaba la carrera de psicología y encontró en el Proyecto Cihuatl una oportunidad para realizar su servicio social.
Lo que comenzó como una simple coincidencia se transformó en un compromiso profundo que la ha llevado a ser la persona con más tiempo en el proyecto.
“Ya con la carrera terminada y una maestría, puedo dar acompañamiento psicológico a las mujeres, pero apoyo en todo lo que se pueda: en la colecta de ropa y alimento, entrega de despensas, acompañar a las muchachas en sus procesos médicos y con la oración”, explicó.
Desde su labor como psicóloga voluntaria, a Denisse le ha tocado atestiguar los dolorosos procesos que viven las mujeres víctimas de explotación sexual
“El mayor aprendizaje es saber que el trauma que han vivido las hace defenderse; es muy fácil que interpreten ciertas situaciones como un ataque y se defienden. El trabajo con ellas es contracorriente”, dijo.
Luchar contra el mal
Denisse resaltó los momentos más difíciles que enfrenta el proyecto debido a la violencia en la región.
“Estas mujeres se mueven en medios peligrosos; hemos acompañado el funeral de algunas, lamentablemente por cuestión de la violencia que se vive”, dijo.
Explicó que estos peligros en ocasiones tocan de alguna manera también a quienes las ayudan.
“Muchas veces se han recibido amenazas. Las muchachas llegan golpeadas, amenazadas, con intento de asesinato. Llegan temblando a contarnos, y luego no pueden dormir”, compartió.
Reconoció que trabaja en cercanía con la maldad, pero en el Proyecto se dan cuenta que la situación que viven estas mujeres va más allá de su libertad de elección.
“Hubo gente que se aprovechó de su necesidad, personas que influyeron negativamente, e incluso a veces hablamos de sus propios familiares”, explicó.
Para Denisse, lidiar de esta forma con la maldad es también una forma de atestiguar el poder de Dios.
Dijo que ha descubierto que para algunas mujeres es complicado dejar atrás la vida que conocían y que, irónicamente, para ellas resulta “aterrador” pensar que Dios las ama, y en ese amor les permite tomar decisiones que a Él no le agradan.
La psicóloga dijo que en estas mujeres descubre cierto temor por saberse personas dignas, seres muy amados por Dios, que no deja de cuidarlas y esperar a que se acerquen a su misericordia”.
Y a pesar de las terribles situaciones que atraviesan y de lo difícil que es para ellas aceptar el amor y la misericordia divina, siguen esforzándose por salir adelante.
“Su sufrimiento las coloca en un lugar espiritual único. En su dolor, estas mujeres están más cerca de Dios, mucho más de lo que yo jamás he estado y de lo que jamás estaré en toda mi vida, porque avanzan en el camino del Calvario, junto a Jesús”, reflexionó.
Problema latente
La voluntaria resaltó la importancia de que la comunidad esté enterada y se concientice sobre la presencia de esta problemática en la ciudad.
“La trata es un delito muy actual, se da en nuestra ciudad. No es una realidad alejada de nosotros, debemos reconocerlo”, afirmó.
Y recordó que Ciudad Juárez, al ser frontera, suele ser punto focal para el fenómeno.
“Tan solo en los alrededores de la Catedral sabemos que hay como 15 centros de explotación sexual», dijo, poniendo en perspectiva la magnitud del problema.
“A veces hasta tu vecina puede estar siendo traficada o explotada. Un niño que es amiguito de tu hijo puede estar siendo explotado», añadió.
Aporte de la Iglesia
En este sentido, la voluntaria del Proyecto Cihuatl destacó el valioso trabajo que realizan las Oblatas del Santísimo Redentor, congregación con 154 años dedicados a acompañar a mujeres en situación de trata o prostitución.
“Las personas cuestionan el papel de la Iglesia ante problemas sociales, pero vemos estos proyectos ¡desde hace 154 años!..entonces ya había dos personas que habían recibido el carisma de acompañar a las mujeres en esta situación”, destacó.
Dijo que el proyecto de las Oblatas sigue activo en 16 países, ofreciendo no solo ayuda material, sino también una esperanza renovada para quienes buscan reconstruir sus vidas.
Para Denisse, el trabajo con mujeres víctimas de Trata y explotación sexual es una bendición.
“Dios las ha puesto en mi camino para que yo me salve a través de ellas”, dijo.
“Ellas me están dando este regalo”, puntualizó.