Ana María Ibarra
Con tristeza, pero también con agradecimiento, las hermanas Misioneras de María Dolorosa despidieron a la hermana Virginia Maciel Reyna, quien falleció el pasado 14 de febrero después de un largo periodo de enfermedad.
La hermana Vicky, como le llamaban cariñosamente, tenía 82 años de edad y 59 años de vida consagrada al momento de ser llevada a la Casa del Padre.
Despedida
“Estén despiertos permanezcan firmes en la fe, sean fuertes. Háganlo todo con amor” (1 Cor. 16,13), es la cita que las Hermanas Misioneras de María Dolorosa eligieron para despedir a su hermana.
Fue el 15 de febrero cuando se llevó a cabo la misa de exequias en la capilla de San Antonio, Senecú, presidida por el padre Benjamín Gaytán, quien desde hace un año visita el asilo de ancianos y acompaña a las religiosas.
Visiblemente conmovido, el sacerdote expresó:
“Seguro la tristeza por la separación de alguien que compartido la vida y la misión. Es una hermana, una amiga, una compañera, una consagrada. Pero también llegan los sentimientos de esperanza en Cristo Resucitado”, dijo el sacerdote.
El padre Benjamín compartió que en este año que ha estado acompañando a la congregación, descubrió en la hermana Vicky características y dones como su sencillez, su alegría y su entrega.
“Agradecemos los beneficios y dones que el Señor le concedió a la hermana Vicky y que los puso en el servicio y los compartió. Doy gracias a Dios haberla acompañado en su vejez”, expresó.
El sacerdote invitó a las hermanas y a algunos familiares de la religiosa, ahí presentes, a pedir al Señor la capacidad de comprender su voluntad.
“Agradezcamos al Señor su presencia en nuestra hermana Vicky. Que el Señor le conceda gozar de su presencia eterna. Que sea un aliciente para nosotros. Que sus virtudes se queden entre nosotros. Que sea para nosotros un estímulo para continuar. Me uno a los sentimientos que ustedes tienen”.
El sacerdote invitó a los asistentes a rezar un Ave María por el eterno descanso de la religiosa y después de oraciones de exequias y la bendición, las Misioneras Dolorosas se despidieron de su hermana y, mientras el féretro salía del recinto, entonaron el himno de la congregación.
La hermana Vicky fue sepultada en el panteón Recinto de la Oración.
Descanse en Paz.
Testimonio de entrega generosa
Virginia Maciel Reyna era originaria de Lampotal, Zacatecas nacida el 2 de mayo de 1939. Hija de Jesús Maciel y Ana María Reyna.
En noviembre de 1960 ingresó a la congregación de Misioneras de María Dolorosa, con sede en Ciudad Juárez. Después de tres años de formación, realizó sus primeros votos el 4 de diciembre de 1963 y la congregación le concedió sus votos perpetuos el 4 de diciembre de 1966.
Con una vida religiosa llena de entrega, la hermana Vicky celebró sus bodas de plata el 25 de agosto de 1987 y en el 2013 sus 50 años de vida consagrada.
Algunos de los lugares y misiones a los que la hermana Virginia estuvo encomendada fueron: el asilo de ancianos, el Seminario, Ciudad Madera, Portland, Oregón; Moris, Perú; Samachike en la Sierra Tarahumara, Villa Ahumada y en la Ciudad del Niño, donde estuvo más tiempo.
“La madre Vicky, nos deja un testimonio de alegría, de entrega generosa, una mujer fuerte probada en la enfermedad por largo tiempo, humilde, silenciosa, cercana, fraterna, amistosa, con un grande amor a la Eucaristía y a María al pie de la cruz, su modelo de consagración”, cita el escrito que fue leído en la misa de exequias.