Dos religiosas oblatas de Santa Marta celebraron en esta diócesis sus Bodas de Oro como consagradas. Una crónica de su festejo.
Con gran alegría y gozo, la comunidad diocesana, en especial el Seminario Diocesano y la Curia Diocesana, se unieron en una acción de gracias por los 50 años de vida consagrada de las hermanas Alejandrina Rivera y Agustina Martínez, pertenecientes al Instituto de Hermanas Oblatas de Santa Marta
Para tan especial celebración, don José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, presidió una Misa el pasado 9 de mayo en el Seminario.
Escuchar, acercarse y seguir a Jesús
A la luz del evangelio, el obispo don José Guadalupe dirigió su reflexión a las hermanas Agustina y Alejandrina, primeramente dando gracias a Dios por sus 50 años de vida consagrada y tomándolas como ejemplo del seguimiento a Jesús.
“Nuestras queridísimas hermanas, Agustina y Alejandrina sin duda alguna en su vida personal se acercaron a Jesús porque encontraron en Él al esposo que las haría feliz. Escucharon la voz de Cristo y fueron profundizando hasta que un día ese seguirlo se concretizó en una consagración plena de sus vidas a Dios”, expresó el obispo.
“Queridísimas hermanas, felicidades por esos 50 años de fidelidad, de amor a Cristo, de ir conociéndolo, de ganarlo para entregarse a Él Hoy damos gracias a Dios como Iglesia diocesana aquí en este lugar significativo como es el Seminario”, agregó.
El obispo expresó la alegría compartida de la comunidad, y agradeció por el don de la vida consagrada representado en las hermanas para el bien de la Iglesia de Ciudad Juárez que se refleja en su testimonio y estilo de vida.
Votos y agradecimiento
Después de las palabras del obispo, las religiosas se pusieron delante de él y sus superioras para renovar sus votos de pobreza, castidad y obediencia.
Al concluir la celebración, las hermanas agradecieron al obispo, sacerdotes y fieles, su presencia y su oración.
“Doy gracias a Dios porque me ha sostenido Gracias a los padres y comunidades presentes en estos momentos Mi agradecimiento doble al señor obispo porque nos dio la oportunidad de saludar al Santo Padre”, dijo la hermana Alejandrina.
“Es una gran alegría. Tenemos el compromiso de seguir siendo felices. A nuestros sacerdotes y amigos que siempre están con nosotros les agradecemos por acompañarnos en este momento”, expresó por su parte la hermana Agustina.
Hermana Alejandrina Rivera, OSM
Fue en Saltillo, Coahuila donde la hermana Alejandrina Rivera conoció a las hermanas Oblatas de Santa Martha.
“Conocí a las hermanas cuando estudiaba en la Academia Después trabajé en unas oficinas frente a la Catedral y las seguí visitando, fue cuando el Señor me llamó y hasta ahorita soy feliz en mi instituto”, dijo visiblemente contenta la religiosa.
La hermana Alejandrina se encuentra actualmente en la secretaría de la Curia en el servicio y actas, y para ella dejar todo por seguir al Señor la motivan a seguir fiel a su vocación e invitar a las jóvenes a decirle sí en la vocación que el Señor las mande llamar.
“Para mí fue en la vida religiosa, pero cada quien tiene su vocación Las invito a que lo sigan y lo sirvan libremente donde el Señor las llame Son mis primeros 50 años Estoy feliz La vida hay que vivirla con paciencia el Señor nos da la gracia para salir adelante”, finalizó
Hermana Agustina Martínez, OSM
La hermana Agustina Martínez Amador nació en el Estado de Jalisco donde platicaba con Dios en una huerta de nopales
“Le decía cuatro caminos hay en la vida, Señor tu sabes cuál de los cuatro es el mejor para mí Por eso estoy contenta ahora, sé que Él fue quien me separó el camino que más me convenía,,, o el que le convenía a Él”, expresó la hermana Agustina
La religiosa dijo sentirse agradecida con Dios por su vida de consagrada que, aunque dijo, ha sido entre luces y sombras, siempre encuentra más luces porque la luz la hace recapacitar y reconocer que se encuentra en esta vida por Jesús
“Es cuando se me olvida lo oscuro, me acuerdo de quien vengo y que no hay que alejarme de la mano de Él porque sino me pierdo y desconsuelo Vale la pena dar la vida por Jesús porque el primero la dio por mí Me siento muy contenta, muy feliz, lo tengo todo, la felicidad completa”, afirmó la hermana Agustina quien presta su servicio en el Seminario