Aunque cayeron frente a Necaxa en el partido de ida, los Bravos mantienen viva la esperanza de triunfar en el partido del próximo sábado. Oraron a Dios por ello en misa en Catedral.
“Que los Bravos se preparen para dar un bravísimo combate el día 21 mayo en su partido de ida para el ascenso a Primera División”, dijo el padre Eduardo Hayen, párroco de Catedral, en la misa dominical del pasado domingo 8 de mayo, a la que acudió el equipo de futbol soccer representativo de Ciudad Juárez.
Acompañados de la directiva, cuerpo técnico, staff y sus familias, los jugadores de Bravos FC ofrecieron el esfuerzo de su trabajo y se encomendaron a Dios en la Eucaristía, para lograr un buen resultado en el reto que se les presenta para subir de división.
Celebrada en el día de la Ascensión del Señor, la misa de mediodía congregó además a cientos de fieles que se unieron a las oraciones de los jugadores.
El padre Hayen dijo en la homilía que Ciudad Juárez necesita reposar en gran parte en los “pilares del heroísmo” y les recordó que como equipo no sólo están representando a Ciudad Juárez.
“Ante el mundo que se está viviendo lo que se necesita son nuevas generaciones que busquen mirar a lo alto, mirar al cielo, superándose a través del estudio, del deporte, y el arte”, les dijo.
Deporte y santificación
Luego habló del valor del deporte como un medio para también lograr la santificación.
“El deporte está en lo más profundo del corazón del hombre por una sencilla razón: porque el combate es una parte esencial de la vida, combatir es el verbo en el cual Dios nos creó. Dios nos hizo para combatir”, expresó el párroco.
Dijo que el Hombre es guerrero por naturaleza y explicó que en el futbol, el enfretamiento con un equipo contrario es una analogía con la vida, que, dijo, es un combate continuo.
“Dios nos hizo para ganar, para triunfar”, sentenció el padre Hayen, quien animó a los jugadores a ser dignos representantes del ideal de guerrero.
Pero también les recordó que el verdadero atleta es el que logra construir “una alma de oro, en un cuerpo de hierro”.
“Ustedes, los Bravos, representan ese ideal para todos nosotros, representan nuestro ser guerrero, nuestro ser equipo… ¡que sean siempre el orgullo de Ciudad Juárez!”, los animó.
Y finalizó haciendo una reflexión sobre la fiesta litúrgica del día.
“Jesús ascendió a los cielos. Que los Bravos se preparen para dar un bravísimo combate y así ascender a Primera división y que a nosotros la Eucaristía nos sirva para alimentarnos y el cielo se llama Jesús”, puntualizó.