Ana María Ibarra
Con la administración del sacramento de la Confirmación de parte del obispo, don J. Guadalupe Torres Campos, la coronación de la Virgen María y una gran kermés, la parroquia Asunción de María celebró su fiesta patronal.
Fue el domingo 13 de agosto cuando se llevó a cabo el festejo contando con la presencia de monseñor Torres, quien presidió la misa de doce de mediodía, misma que fue transmitida por Radio Guadalupana.
El obispo se dijo contento de estar presente y puso como intención en la Eucaristía a toda la comunidad, especialmente a los adultos que recibirían el sacramento de la Confirmación.
Después de la proclamación del evangelio, los confirmandos se pusieron de pie para ser presentados al obispo por sus coordinadores.
Contemplar a María
En su homilía, monseñor Torres resaltó la solemnidad de ese día, domingo, día del Señor.
“Es día también de nuestra Reina que es asunta al cielo. Fue llevada en cuerpo y alma. En este ambiente doblemente festivo recibirán la Confirmación y algunos la primera Comunión”, dijo el obispo.
Monseñor resaltó que la presencia de María Santísima es una presencia inmaculada que entrega a su Hijo para fortalecer al ser humano en la fe.
“Es motivo de esperanza. Caminamos por su intercesión para subir al cielo. Es importante amar a María y amar el testimonio de nuestra Reina y Señora. Debemos contemplar a María y dejarnos llevar por ella”, expresó.
El obispo animó a la comunidad a vivir con fe y gozo su fiesta patronal y su amor a María.
Convivio en comunidad
Después de la homilía, el obispo realizó la administración del sacramento de la Confirmación y en el momento de la Eucaristía, hicieron la primera Comunión algunos de los confirmandos.
Para concluir la celebración, el obispo coronó la imagen de la Santísima Virgen María con una pieza de cristales azules que resaltó la hermosura de la imagen.
El obispo fue invitado por la comunidad a compartir con ellos de la fiesta por lo que, junto con sus acompañantes y demás invitados pasó un rato ameno y disfrutando de una rica comida y de la alegría de la comunidad.
Muchos de los servidores y asistentes a la kermés se acercaron para pedir su bendición y una foto de recuerdo. Ante el cariño de los fieles, el obispo accedió gustoso.