- El caso de esta maestra de la Escuela Diocesana de Música Canta y Camina es una muestra de que siempre se puede sacar algo muy positivo de las dificultades…Aquí su historia…
Ana María Ibarra
Siete meses de sombrío panorama ha traído la pandemia de Covid-19, toda dirección muestra tristeza por la enfermedad y los miles de fallecidos.
No obstante, en medio de lo negativo de esta situación, algunas personas han logrado rescatar aspectos positivos para su vida personal y espiritual.
Tal es el caso de María Monserrat Camargo, maestra de la Escuela Diocesana de Canto Litúrgico, Canta y Camina, quien además de su labor como maestra y su trabajo como ingeniera, ha logrado continuar con su formación en la música.
Música e ingeniera
En su tercer año como maestra de la Escuela Diocesana de Canto Litúrgico, María Monserrat imparte las materias de solfeo, dirección coral y medios digitales aplicados a la música, ya que estudió la licenciatura en música.
Ante la pandemia y el confinamiento, el curso recién iniciado cambió su modalidad a la educación a distancia. Los tiempos actuales, aunque han traído retos, también han ampliado los alcances.
“Teníamos adultos mayores en las clases que lamentablemente tuvieron que dejarlas porque no están familiarizados con la tecnología, pero también, afortunadamente, mucha gente joven se inscribió al primer año, gente de fuera de la ciudad: tres hermanas religiosas de Guadalajara y un muchacho de Torreón”, explicó la entrevistada, quien además de licenciada en música, es también ingeniera en sistemas computacionales.
“Gracias a Dios tengo la oportunidad de ejercer mis dos carreras. En la mañana hago mi trabajo de ingeniería en oficina, y en las tardes, desde el 2015, doy clases de canto y teoría musical en línea, de manera individual, y hoy con mis alumnos de Canta y Camina”, compartió.
Ganó tiempo
La maestra compartió con gran alegría, cómo ha podido ahora ocupar provechosamente el tiempo que antes gastaba en el tráfico para trasladarse a su trabajo.
“Todo ese tiempo me rinde mucho. Estaba muy interesada en estudiar una maestría, pero entre tanto trabajo se van quedando los planes pausados, afortunadamente hoy tengo la oportunidad de hacerlo”, celebró.
María estudia en línea la maestría en Tecnología Educativa y Competencias Digitales en la Universidad Internacional de la Rioja.
“Me está ayudando mucho ahora para impartir mis clases en esta nueva modalidad, pues todas las tecnologías que estoy aprendiendo, las estoy aplicando”, compartió.
Además, María es alumna de canto de una maestra de ópera de Bellas Artes.
“La conocí en una presentación aquí en Juárez, soy su alumna en línea. Estoy sentada todo el día frente a la computadora, pero estoy consiguiendo todo lo que quizá no hubiera podido conseguir de manera presencial. He conseguido educación de buen nivel desde la comodidad de mi casa”, sentenció.
Aprovechar oportunidades
María también quiso destacar el gran número de eventos que se ofrecen “en línea” en este tiempo de confinamiento y a los cuales se inscribe para seguir con su formación.
«Estoy en un curso de música coral de Adviento, muy optimista esperando cantar en Navidad. Ha habido coloquios de otros países, cursos de algunas asociaciones, clases de música, de teoría, siempre estoy al pendiente y la mayoría son gratis. Mi maestra está con la Ópera de Latinoamérica y manda mensaje cuando van a dar una conferencia”, platicó.
Afirmó que, de tantos eventos, debe guardar algunos para lograr verlos con detenimiento en algún momento libre.
“También se los mando a mis alumnos, es educación de calidad, con buenos maestros y gratis”, dijo.
Llamada por Dios
Convencida que la ociosidad es la madre de todos los vicios, la maestra de canto expresó que mantenerse ocupada la motiva a continuar con fe y esperanza.
“Es importante mi trabajo en la ingeniería, pero la música me ha llevado a Dios y a la Iglesia. Antes era pura ingeniería, puras computadoras, jamás pensé que fuera a dedicarme a la música, pero Dios me llamó y me puso una escuela, me hizo maestra y me está haciendo formadora, es un milagro que me motiva”.
Con este sentimiento reiteró que todos los conocimientos adquiridos son para formar a sus alumnos.
“Todos queremos dar un servicio en las parroquias, esa es la motivación espiritual: ir a cantar en una Hora Santa, una Misa, todo lo enfoco a eso”, compartió.
María recordó que este deseo por la música y el servicio a la Iglesia llegó a ella durante la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez.
“Tuve la oportunidad de estar ahí y fue un parteaguas. Fue un llamado. La espiritualidad que estamos llevando todos los maestros en Canta y Camina nos ha hecho ser fuertes para nuestros alumnos y no dejarnos vencer. La música es la que nos ha salvado, es nuestra forma de agradecer y pedir a Dios por los demás”, dijo convencida.
María Monserrat invitó a la comunidad a buscar una motivación en este tiempo tan difícil que se vive por la pandemia, pero sin olvidar pedirle a Dios que muestre a cada uno el camino a seguir.
“Si ponemos en sus manos todo este tiempo de desempleo, de enfermedad, de encierro, Él nos dará la guía y nos dirá lo que quiere de nosotros. Esta tormenta, agarrados de la mano de Dios, va a pasar. Pongámonos en sus manos y ofrezcamos todo lo que hacemos a Él y saldremos adelante”, finalizó.