Feligresa de Corpus Christi inició una obra en la Colonia Rancho Anapra, donde hay muchas necesidades materiales y espirituales…invita a ayudar.
Con 20 años de trabajo en la comunidad de Corpus Christi en Rancho Anapra, Carmen Montes ha ayudado a jóvenes y adultos a realizar sus estudios de primaria y secundaria, además de ofrecer para las amas de casa un oficio para salir adelante sin descuidar a sus hijos a través del taller de corte y confección.
Todo esto a través de la “Escuela Misionera Rancho Anapra” que ha ido creciendo en su labor gracias al apoyo de un grupo de mujeres que han puesto al servicio de aquella comunidad sus dones humanos y económicos.
Los inicios
Carmen inició en la parroquia Corpus Christi impartiendo pláticas pre sacramentales a los adultos del sector, y fue en este servicio cuando se percató que el 98 por ciento de las personas veían de otros Estados de la República y de Centroamérica y se asentaron en la zona tras fracasar en su intento por cruzar a Estados Unidos.
Pero en su mayoría, estas personas no sabían ni leer ni escribir.
Carmen decidió entonces ayudarlos no sólo en lo espiritual, sino también en lo académico y comenzó a ofrecerles estudios de primaria y secundaria para adultos avalado por el Instituto Chihuahuense de Educación para Adultos.
Y ya que cuenta con un diplomado en superación personal, Carmen ofrece también a los usuarios apoyo emocional y espiritual.
“Empezamos en un saloncito en la parroquia. Cuando el grupo creció me prestaron una bodega no en muy buen estado. Después de una entrevista en Presencia donde hablé de las necesidades del proyecto, mujeres del Club Rotario Juárez Oriente nos visitaron para conocer el proyecto”, compartió Carmen.
Avance del proyecto
Desde hace tres años este grupo de mujeres apoya a Carmen en su labor para que ofrezca una enseñanza de calidad.
“La bodega fue acondicionada con tres salones: uno para primaria, otro con la intención de crear una biblioteca, un salón para secundaria. Ofrecemos alfabetización para adolescentes con el programa “10-14” dirigido a niños de 10 a 14 años que no tienen primaria”, explicó.
En este espacio remodelado se cuenta también con una cocina donde se les ofrece un modesto desayuno, especialmente a los adolescentes, quienes muchas veces hacen sólo una comida al día.
“Rancho Anapra es un lugar olvidado por las autoridades, nosotros queremos ofrecer un espacio digno y gratuito para la comunidad. Lo importante para mí es ayudar a las personas para un cambio positivo en las familias, que son la base de la sociedad”.
Otro proyecto que recién inició Carmen es el taller de Corte y Confección con el fin de ofrecer una opción de trabajo a las madres de familia.
“El objetivo es brindarles herramientas para un autoempleo. Que aprendan un poco de costura y desde su casa ofrecer este oficio”, expresó.
Necesidades actuales
Entre las necesidades que actualmente tiene la Escuela Misionera se encuentran la falta de alimento para la cocina, libros para la biblioteca así como personal capacitado para atender a niños y adultos con discapacidad.
“Estamos batallando para ofrecer el desayuno. A veces no tenemos qué ofrecerles. Pedimos a la comunidad que desee apoyarnos en este aspecto se acerque con nosotros. Es para una buena causa”, motivó Carmen.
También invitó a jóvenes estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez que quieran hacer su servicio social enseñando en la alfabetización o a quienes puedan apoyar en la atención a personas con discapacidad.
“A veces me llegan niños con discapacidad, déficit de atención o hiperactividad pero no estoy capacitada para eso y tengo que canalizarlos a otras escuelas. Mi hija es estudiante de universidad y me ayuda, pero necesitamos jóvenes que quieran apoyarnos. Estamos dados de alta en la UACJ para el servicio social”, dijo Carmen.
“Quiero agradecer a las Damas Rotarias que confiaron en este proyecto y se comprometieron con nosotros. Gracias porque a través de ustedes (Periódico Presencia) se dio conocer este proyecto y se le dio seguimiento para llegar hasta donde estamos”, finalizó.