Aquí algunos conceptos que explican la economía solidaria desde la Doctrina Social y el Magisterio de la Iglesia Católica
Presencia
Para la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) la economía es una dimensión muy importante de la vida social que no puede ser guiada solo por una suerte de racionalidad instrumental sino que debe estar sujeta a determinada ética.
Es así que entre los principios de la DSI se destaca cómo el campo de la economía y sus fines deben estar no solo interpelados sino además sujetos al Bien Común, a la dignidad de la persona humana y a la primacía del trabajo sobre el capital.
Algunos expertos afirman que el papel que la DSI le confiere a la economía se puede interpretar como un caso de “economía subsumida a lo social” (“embedded economy”) (Polanyi, 2000), junto a otras experiencias que forman parte de una ‘forma de ser’ cristiana.
Así, el llamado a construir una “economía de la solidaridad” por lo tanto implica reconocer el papel que juega lo axiológico (la opción por los valores morales, éticos, estéticos y espirituales) en la construcción de alternativas económicas.
Una nueva mirada
Al publicar un tema sobre economía solidaria, Cáritas Española explica que una economía que pone en el centro el beneficio económico, donde solo tiene valor lo monetario, genera desigualdad, injusticia y pobreza.
“Una mirada a nuestro alrededor constata que el actual modelo económico, lejos de reducir las desigualdades entre pueblos y personas, ha contribuido a su aumento. Por ello es cada vez más apremiante una nueva mirada de la economía, recuperando sus raíces: proveer de manera sostenible las bases materiales del desarrollo personal, social y ambiental del ser humano”.
Economía solidaria
Cáritas Española cita a la Doctrina Social de la Iglesia que pide “Humanizar la economía”.
En este sentido explica qué es la economía Solidaria: “La construcción de un modelo económico diferente y alternativo al sistema vigente. Un modelo que ya está en marcha y que se concreta en todo un conjunto de iniciativas promovidas por personas, comunidades, organizaciones y redes -sociales y académicas- que ponen a la economía al servicio de la justicia social y del ejercicio de los derechos humanos. Una economía que antepone el respeto al planeta y a sus recursos a otros intereses de corto plazo”.
Cáritas explica que la defensa de la economía solidaria parte de una dolorosa constatación: el sistema económico actualmente imperante genera injusticia, desigualdad y pobreza a gran parte de las personas que habitan nuestro planeta y se muestra irrespetuoso con su propia sostenibilidad.
Igualmente asegura que “el actual modelo económico no ha dado ni dará respuesta a estas grandes desigualdades entre pueblos y personas, sino que por el contrario, contribuye a su imparable aumento”.
Y cita al Papa Francisco:
“Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata.”
“En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando.” (Evangelii Gaudium, 53 y 54).
Cambio de valores
Cáritas Española también menciona a Benedicto XVI:
“El gran desafío que tenemos, planteado por las dificultades del desarrollo en este tiempo de globalización y agravado por la crisis económico-financiera actual, es mostrar, tanto en el orden de las ideas como de los comportamientos, que no sólo no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria.” (Caritas in Veritate, 36).
Por ello, Cáritas Española aboga por la necesidad de un cambio de valores en la economía, de tal modo que la competencia, el individualismo, la maximización del beneficio, den paso a la colaboración, a la búsqueda del bien común y a la redistribución de la riqueza.
Algunas frases y citas católicas sobre la economía solidaria
“La actividad económica y el progreso material deben ponerse al servicio del hombre y de la sociedad. La economía es útil a este fin cuando no traiciona su función de instrumento para el crecimiento integral del hombre y de las sociedades, la calidad humana de la vida”.
(Compendio de la DSI, n. 326).
“También en la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona, su entera vocación y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social”.
( Vat II. Gaudium et spes, n. 63).
“Un modelo que recupera la subjetividad en diálogo constructor de sociedad/comunidad. Un modelo de desarrollo en el que, aun existiendo relaciones de intercambio (mercado) se potencien las exigencias morales de redistribución (solidaridad) y reciprocidad (proximidad) por ser los tipos de creaciones humanas que realmente generan sociedad y comunidad”.
(Vat II. Gaudium et spes, n. 64).
“En las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria”.
(Caritas in veritate, n. 36).
“Globalizar la solidaridad —¡esto se debe globalizar, la solidaridad!— hoy significa pensar en el aumento vertiginoso de los desempleados, las lágrimas incesantes de los pobres, la necesidad de retomar un desarrollo que sea un verdadero progreso integral de la persona que necesita ciertamente un ingreso, pero no sólo el ingreso. Pensemos en las necesidades de la salud, que los sistemas de bienestar tradicional ya no logran satisfacer; en las exigencias apremiantes de la solidaridad, poniendo de nuevo en el centro de la economía mundial la dignidad de la persona humana. Como diría también hoy el Papa León XIII: para globalizar la solidaridad «es admirable y varia la fuerza de las doctrinas cristianas».
(Papa Francisco a los representantes de la Confederación Italiana de Cooperativas)
Un mundo rico y una economía vibrante pueden y deben acabar con la pobreza. Se pueden generar y estimular dinámicas capaces de incluir, alimentar, curar y vestir a los últimos de la sociedad en vez de excluirlos. Debemos elegir qué y a quién priorizar: si propiciamos mecanismos socio-económicos humanizantes para toda la sociedad o, por el contrario, fomentamos un sistema que termina por justificar determinadas prácticas que lo único que logran es aumentar el nivel de injusticia y de violencia social.
Papa Francisco a los participantes en el taller dedicado a «Nuevas formas de fraternidad solidaria, de inclusión, integración e innovación»
Por ello tenéis que seguir inventando —esta es la palabra: inventar— nuevas formas de cooperación, porque también para las cooperativas es válida la consideración: cuando el árbol da nuevas ramas, las raíces están vivas y el tronco es fuerte.
(Papa Francisco a los representantes de la Confederación Italiana de Cooperativas)
(con información de Cáritas Española/ economíasolidaria.org/ News.Va)