El Programa vicentino de becas deja grandes satisfacciones a las voluntarias que siguen la espiritualidad de san Vicente de Paúl…las reliquia de este santo ya están en Juárez
Ana María Ibarra
Desde 1998 Voluntarias Vicentinas de Ciudad Juárez ofrecen un programa de becas para alumnos de bajos recursos que estudien desde primaria hasta universidad, el cual hacen realidad gracias al apoyo de empresas, redondeos y particulares de buen corazón.
El programa de becas inició de manera sencilla y con pocos beneficiarios, ante las necesidades que las voluntarias descubrieron en los diferentes centros que atendían. Así lo compartió Ofelia Ruíz de Franco, presidenta del programa, quien explicó que actualmente 115 adolescentes y jóvenes reciben el apoyo vicentino con colegiaturas, uniformes y calzado, entre otros rubros.
Medio de evangelización
Ofelia dijo que la beca es un medio para evangelizar, pues ante la necesidad de colaborar con la diócesis en la evangelización, el programa incluye visitas domiciliarias de los beneficiarios para conocer su realidad y pláticas que les ayuden a conocer sobre los valores y la fe.
“San Vicente decía que todo se arruina si no se visita a los pobres y enfermos en sus domicilios. Mucho tiempo hicimos visitas pero por la inseguridad se dejó de hacer. Decidimos traerlos a Casa Vicentina bajo un programa de pláticas de formación en valores y espiritual”, compartió la coordinadora del programa.
Meses después, al ver que mientras los becados estaban en la plática sus padres los esperaban, decidieron hacer un programa de escuela y talleres para padres de familia.
“El Señor trabaja en todo y el Espíritu Santo nos habló y vimos esta oportunidad…fue una oportunidad para abrir el dialogo entre padres e hijos”, afirmó.
Aunque reconoce que al inicio los papás acudían por obligación, el objetivo de voluntarias era que se enamoraran del servicio y descubrieran el regalo que es de parte de Dios.
“Ha llegado ese momento. Ellos nos piden los temas y para nosotras ese es el pago, están entusiasmados, ha sido un éxito”, sentenció tras explicar que quienes imparten los temas son expertos, entre sacerdotes, seminaristas y laicos.
Tarea de las tutoras
Llenas de satisfacción, Voluntarias Vicentinas han visto graduarse varios profesionistas, y esto se debe a la labor en conjunto de padres, alumnos y voluntarias que fungen como tutoras.
“Uno de los pilares fuertes para que funcione el programa de becas son las tutoras, voluntarias vicentinas que están al pendiente de cada becado para motivarlos y dar un seguimiento continuo. Hemos visto resultados hermosísimos”, dijo Ofelia.
Puso como ejemplo a la voluntaria Alicia Clarke.
“Ella evangelizó a una familia que estaba en otra religión. Una sola vez visitó el domicilio, pero todo lo demás fue por teléfono. Los hijos se bautizaron y los papás se van a casar por la Iglesia. Fue una evangelización completa y como ese ejemplo tenemos muchos”, reconoció Ofelia, quien tiene 30 años de voluntaria y después de un servicio en hospital decidió su cambio a becas al estar convencidad de que “educar es la solución a los problemas sociales”, finalizó Ofelia.
Recuadros Becas
Testimonios
“Fue un tiempo muy bonito porque nos ayudan en lo económico para la escuela pero también en otros aspectos con platicas espirituales, de problemas de la actualidad, nos dan consejos. Me sirvió mucho porque si no hubiera llegado aquí no hubiera podido hacer mi carrera. Estoy muy agradecida con ellas por su apoyo”
Marion Cantero López, 25 años, licenciada en criminología, becada durante la carrera.
“Ha sido muy bonito porque no solo se interesan por las calificaciones sino también en mi persona. Es una labor muy bonita y muy noble. Están dedicadas a ayudar y servir. Las profesiones de las que nos graduamos no solo son de nosotros sino también de ellas. Les pido que sigan apoyando porque hay muchos niños y jóvenes que necesitan de estas oportunidades”.
“A los becados, sigan adelante porque tenemos una oportunidad que no se le da a todo el mundo y muchos quisiéramos estudiar un grado profesional y salir adelante”
Vera Aguirre, 22 años, estudiante de licenciatura en enfermería en la UACJ, becada desde la preparatoria.