Va a formarse con los sacerdotes misioneros redentoristas, en el Seminario de la Congregación del Santísimo Redentor, en San Luis Potosí…
Ana María Ibarra
Convencido de que es Dios quien lo ha llamado a la vida religiosa, Julio César Soto Zúñiga, de 27 años, se preparó para en este mes de enero ingresar al Seminario de la Congregación del Santísimo Redentor, de los sacerdotes misioneros Redentoristas.
Llenos de alegría, miembros de su comunidad, en la capilla Santa Elena de la Cruz -perteneciente a la parroquia Jesús Obrero- participaron en una misa de envío el pasado jueves 4 de enero.
Alegría y apoyo
Ante la presencia de sus padres y su hermana, así como de la comunidad de Santa Elena y las religiosas Siervas del Inmaculado Corazón de María, Julio sirvió como monaguillo en lo que fue su último día de servicio en su comunidad antes de comenzar su formación.
Asistiendo al padre Carlos Reza, párroco de Jesús Obrero, Julio pudo palpar la alegría de su comunidad y el apoyo ante la nueva aventura que emprenderá al responder al llamado de Dios.
Comunidad lo arropa
En la liturgia de ese día, el padre Carlos reflexionó en torno a la figura de Juan el Bautista, quien anunció y señaló al Mesías.
“Venimos, no a despedir, sino a arropar a Julio que vivirá una aventura de amor con Dios. Hoy en este evangelio el Señor Jesús aparece preguntando qué buscan y acoge a los que lo seguían y aparece nombrando. Hoy aparece nombrando a Julio, y a todos. Este encuentro les cambió la vida a los discípulos, cómo nos la ha cambiado a nosotros, como se la cambia hoy a Julio”, expresó el sacerdote.
El padre Carlos invitó a los asistentes, en especial a Julio, a estar muy pendientes en el encuentro con el Señor.
“Todo perderá sentido si Julio no busca a Dios, si no tiene esperanza. El Señor voltea a preguntar a Julio ¿Qué buscas? Lo mismo nos pregunta a todos. Contemplemos al Señor Jesús y comentemos con él lo que buscamos; y si no buscamos nada, también hay que comentárselo”.
Oración de envío
Antes de la bendición final, el padre Carlos realizó sobre Julio una bendición de envío.
Enseguida, la hermana Antonia Aranda, IHM quien ha estado muy de cerca a Julio y su vocación, agradeció a Dios por ese momento de envío.
“Julio ha elegio tres símbolos: la cruz, la biblia, una imagen de Santa Elena. La cruz representa a Dios Redentor que lo acoge, la biblia es Dios que le habla y lo envía, la imagen es por la comunidad que lo acoge y se encuentra en responsabilidad con Dios”, expresó la religiosa.
Después de las palabras de la hermana Antonia, se invitó a la comunidad a un momento de convivencia, compartiendo los alimentos en fraternidad.
Mi comunidad me preparó para responder al llamado
“Dios me llamó de mi familia, me dio la vocación a la vida religiosa con los Redentoristas para seguirlo a Él”, expresó Julio sobre su llamado, que, dijo, sintió hace un año.
“Siempre le he servido a Dios, pero hace un año sentí más su llamado. La primera vez que acudí al Seminario fue gracias a la hermana Antonia que me contactó con los Misioneros Redentoristas de San Luis Potosí. Fui a conocer y ahí sentí mucho más el llamado”, compartió el joven.
Recibió acompañamiento
Después de ese primer encuentro con la congregación, Julio recibió acompañamiento vocacional de un sacerdote redentorista quien lo preparó para vivir el preseminario.
“Fui al pre Seminario y pasé todos los exámenes. Gracias a Dios voy a entrar en este mes”, dijo contento.
Añadió que desea seguir los pasos de Jesús, ser misionero e ir con los necesitados, con los oprimidos y llevarles el evangelio de Cristo.
“La misión que tienen ahorita los Redentoristas es ayudar a los migrantes e indígenas y eso quiero hacer”, dijo.
Julio cuenta con el apoyo de sus padres y su hermana, así como también de la comunidad Santa Elena, misma que, dijo, lo preparó para responder al llamado.
“Esta comunidad me ha dado mucho. Me enseñaron a servir a Dios como monaguillo, en liturgia, en el coro, en Confirmaciones. Ellos me prepararon para este momento. Estoy dejando familia, ciudad, mascotas para seguir a Cristo. Me siento muy bien. Sé que es la voluntad de Dios”, concluyó.