Ana María Ibarra
Un grupo de veinticinco personas iniciaron el pasado 3 de febrero su formación como servidores a través del programa de voluntariado “Hacia un nosotros más grande” convocado por el Servicio Jesuita a Migrantes México (SJM), el Centro de Espiritualidad San Francisco Javier (CEJAVI), HOPE Border Institute y la Red de Juventudes Ignacianas, con el objetivo de acompañar a migrantes.
Esta primera sesión de capacitación se llevó a cabo vía Zoom dadas las condiciones climatológicas.
Estudio previo
Días antes, los aspirantes al voluntariado recibieron dos documentos para una lectura previa a la capacitación.
“Postura de la Compañía de Jesús en México y Centroamérica ante las Migraciones Forzadas”, fue uno de los documentos que se reflexionaron en la primera reunión, dirigidos por María Elena Hernández, coordinadora del SJM en Ciudad Juárez.
Después de este momento, se formaron grupos para meditar y compartir las principales causas de la migración forzada, mismas que se compartieron con todo el grupo en un plenario.
La violencia, la pobreza extrema y narcotráfico, fueron las principales causas que los participantes encontraron como detonantes de la migración de pueblos de Centroamérica, especialmente Honduras, Guatemala y El Salvador.
Reflexiones sobre migración
El segundo documento para reflexionar, personal y grupalmente, fue “No queda de otra: una exploración de las causas raíz de la migración hacia la frontera sur”, elaborado por el Instituto Fronterizo Esperanza.
Dylan Corbett, director del instituto, realizó la presentación del documento resaltando el impacto de la pandemia y el cambio climático están agravando los factores tradicionales de la migración forzada como son la pobreza y la violencia, entre otros, siendo América Latina y el Caribe, los más afectados del mundo.
Un dato importante que compartió Dylan fue que, en América Latina y el Caribe, se redujo la pobreza entre los años 2000 y 2014, llegando a ser, en el 2018, más hogares de clase media, que hogares en pobreza o vulnerables.
Sin embargo, esto cambió en el año 2020 al llegar la pandemia, cuando se registró un declive económico del 6.5 por ciento, algo nunca antes visto, según refirió el ponente.
Dicho de otra manera, en 2020, por la pandemia, 4.7 millones de personas en América Latina y el Caribe pasaron de la clase media a la pobreza.
Con estos y otros datos crudos, los organizadores del programa de voluntariado dieron inicio a lo que será una serie de sesiones semanales de formación, capacitación y acompañamiento espiritual.
“Mirarnos como comunidad, dando respuesta comunitaria a migrantes es mirar más allá de nosotros mismos”, es la frase que los participantes se llevaron para dar sentido al llamado.