Diana Adriano
Como ya es tradición, en una reunión mensual marcada por la reflexión y la espiritualidad, la Pastoral Provida se congregó el pasado 22 de enero en la Misión Histórica de San José.
El punto focal del encuentro fue la introducción a una nueva catequesis sobre la ‘Teología del Cuerpo’, dirigida por el padre Eduardo Hayen Cuarón, asesor diocesano de la Pastoral de la Vida.
Catequesis
La reunión se inauguró con un canto meditativo y continuó con la pregunta crucial: «¿Qué es la Teología del Cuerpo?» En respuesta, el padre Hayen delineó la importancia de comprender esta enseñanza teológica que profundiza en la conexión entre el cuerpo humano, la sexualidad y la espiritualidad.
A lo largo de su exposición, destacó cómo esta perspectiva puede enriquecer las vidas y relaciones de las personas y alentó a los presentes a explorar y reflexionar sobre esta fascinante enseñanza católica.
Dijo que la teología del Cuerpo es “un componente esencial, pero a menudo desconocido dentro de la comunidad católica” y expuso que la falta de familiaridad con este tema impulsó la idea de llevar a cabo catequesis mensuales para comprender esta doctrina.
El sacerdote explicó que esta teología ofrece una perspectiva única sobre el cuerpo como un regalo divino y cómo su correcta comprensión puede conducir a una vida más plena y significativa.
Durante la catequesis, se abordaron temas como la unidad entre el cuerpo y el alma, la complementariedad en las relaciones y la llamada a vivir una sexualidad sana y virtuosa.
El sacerdote alentó a los participantes a reflexionar sobre cómo estos principios pueden guiar sus decisiones diarias, promoviendo así una cultura basada en el respeto y la valoración de la vida.
La sesión concluyó con el anuncio de que estas catequesis continuarán mensualmente para ofrecer a la comunidad Provida la oportunidad de integrar la ‘Teología del Cuerpo’ en su servicio espiritual.
Bendición a embarazadas
Al finalizar la catequesis, los asistentes se dispusieron a vivir la celebración de la Santa Misa, en la que el padre Eduardo extendió una bendición especial a las mujeres embarazadas que participaron en la formación.
Con este gesto, resaltó la importancia de la vida y la maternidad, instando a la comunidad a valorar y proteger el don de la vida en todas sus etapas.