Ana María Ibarra/ Diana Adriano
¡María, madre de Jesús y madre nuestra, ven! fue la súplica que elevaron los asistentes al Congreso Mariano 2024 el pasado fin de semana, sábado 16 y domingo 17 de noviembre. Con gran devoción y llenos de la gracia de Dios, fieles de Ciudad Juárez, El Paso, e incluso Chihuahua, se dieron cita en el Gimnasio de Bachilleres para pasar bellos momentos con María Santísima a través de los temas y reflexiones que los predicadores expusieron.
Madre de misericordia
Momentos de alabanza, oración, reflexión y fraternidad se vivieron en el Congreso Mariano, realizado gracias a la colaboración de distintos grupos y movimientos marianos.
En uno de los temas, el padre José Jesús Pio del Inmaculado Corazón habló sobre la maternidad espiritual de María.
“Desde que ella engendró a su hijo, nos engendró a nosotros. Ella nos alimenta, nos cuida, nos protege, sabemos lo que hace una madre por un hijo, imagínate lo que puede hacer María.
Ella tiene una vocación para educar nuestra alma. Cómo madre nos ayuda a llegar al cielo”, expresó el sacerdote.
Asimismo, se refirió a María como Madre de Misericordia.
“Misericordia significa: corazón que se conmueve por la miseria del otro. Dios se conmueve de la miseria del hombre por su pecado. María es nuestra madre de la misericordia. Cuando se nos pide ser misericordiosos, es salir a la necesidad del otro”, señaló el sacerdote.
Igualmente reflexionó con los asistentes sobre la co redención de María.
“María fue escogida para ser la Madre del Redentor. La redención no se dio en la cruz, empezó desde la encarnación. Decía san Agustín: primero concibió en la fe al decir sí, y después en su vientre”, citó.
Hacer grupos de oración
Proveniente de Venezuela, el padre Inocencio Llamas, asesor espiritual de la Fundación del Centro Medjugorje en Iberoamérica, presentó el tema «Nuestra Madre pide grupos de oración por la paz».
En su exposición destacó la urgencia del llamado de la Virgen María a formar comunidades de oración comprometidas con interceder por la paz en un mundo marcado por conflictos y divisiones.
Subrayó cómo la oración colectiva puede ser un instrumento poderoso para la transformación personal y comunitaria e inspirado por los mensajes de la Virgen en Medjugorje, instó a los presentes a dedicar tiempo y esfuerzo a construir grupos de oración sostenidos por la fe, la unidad y la confianza en Dios.
Consejos prácticos
En su ponencia, el sacerdote recordó el capítulo 5 de la Carta de Santiago, donde se menciona a Elías como un ejemplo de fe que trasciende las leyes de la naturaleza: “Era un hombre como nosotros, oró para que no lloviera y no llovió por tres años y medio; luego oró para que lloviera y vino la lluvia”.
Enseguida ofreció consejos prácticos para quienes buscan acercarse a Dios mediante la oración:
Pedir cosas buenas: Orientar nuestras peticiones hacia aquello que edifica y beneficia.
Hacerlo con humildad: Reconociendo que todo lo que recibimos es un regalo gratuito de Dios, no algo que merezcamos por nuestros méritos.
Tener fe: Confiar plenamente en que Dios puede y quiere obrar en nuestras vidas.
Orar sin rencor: Liberarse del odio y el resentimiento para abrir el corazón a las bendiciones divinas.
Perseverar: No desistir en nuestras súplicas, aun cuando las respuestas no sean inmediatas.
El sacerdote recordó que la oración sigue siendo un medio vital para fortalecer nuestra relación con Dios y recibir aquello que realmente necesitamos.
Sacerdote de El Valle expone proyecto
Hacia el final del Congreso Mariano, el padre Eduardo Mendoza, párroco de Guadalupe, en El Valle de Juárez, presentó a la audiencia el proyecto del Centro de Espiritualidad Reina de la Paz, que se ubicará en Guadalupe, Distrito Bravos.
Como se ha informado en Presencia, este ambicioso Centro será un espacio dedicado a la formación, el retiro y el auxilio espiritual para laicos y sacerdotes.
Esto se hará en un terreno de 5 mil metros cuadrados donado por el ejido local, más cinco hectáreas adicionales donadas por un matrimonio de la parroquia san Judas Tadeo.
“Hemos tenido que hacer algunas adecuaciones, pero gracias a la generosidad de muchos, el proyecto sigue avanzando”, mencionó el padre Mendoza, quien hizo un llamado a todos los presentes para formar parte de esta iniciativa, ya sea a través de su oración, apoyo material o participación activa.
“Esto no es un sueño, es un proyecto que está en las manos de Dios y de la Virgen, y juntos podemos hacerlo realidad”, concluyó.