Vivir la castidad es un llamado para todos, no solamente para los jóvenes, sin embargo la población juvenil es la más vulnerable en un mundo que promueve una sexualidad desordenada, lo cual atrae grandes y diversos problemas sociales.
Al hablar sobre este tema, Rocío Galvez, presidenta del Comité Nacional Pro vida, invitó a vivir y promover la virtud desde los hogares, las escuelas y la Iglesia, más que con palabras, con el testimonio.
Aquí la entrevista:
¿Cómo asumen los jóvenes mexicanos en la actualidad el asunto de la castidad?
No podemos hacer una generalización de todos los jóvenes pero desafortunadamente hay muchos jóvenes a quienes ni siquiera se les ha planteado el tema y tienen una completa ignorancia sobre los beneficios y las bondades de esta virtud. Por otro lado, habrá minoría que sí está formada en este tema y que verá en ella una salida muy positiva y eficaz para preservar su integridad tanto física como mental. Desafortunadamente los adultos no tenemos el valor de hablarles a los jóvenes sobre esa virtud y las bondades de vivirla.
¿Cuáles son los principales problemas que se originan en México en torno a este tema y cómo se abordan?
El hecho de no vivir la castidad, que es una virtud a la que estamos llamados todos, no sólo afecta a los jóvenes sino que afecta a toda la sociedad. Esto nos lleva a lastimar a las personas, a no ver su valor, su dignidad y eso nos genera algunos problemas que estamos viviendo como son los embarazos adolescentes, los embarazos no deseados, los abusos sexuales, que son muy dolorosos y que podríamos prevenir a través de vivir esta virtud.
Esta virtud protege también al matrimonio, porque implica la fidelidad entre los esposos y que las personas consagradas dediquen toda su energía y toda su riqueza al bien de los demás y al bien de la Iglesia. El no vivir la castidad nos afecta de distintas maneras pero a todos niveles en nuestro país.
¿Cómo el sistema educativo contribuye, si es el caso, a promover la castidad como un valor necesario?….
Tristemente vemos que el sistema educativo nacional no está contemplando la virtud de la castidad. No vemos una propuesta para los jóvenes en los libros ni en los programas educativos. Se limitan a decirle a los chicos que nadie tiene por qué obligarlos, lo cual es cierto y bueno, pero propiamente la virtud como tal no se está proponiendo. Lo que se propone tristemente a nuestros adolescentes y jóvenes es a recurrir al mal llamado “sexo seguro”, a los anticonceptivos, a los abortivos y no se les plantea la necesidad de vivir el respeto a sí mismos y a los demás.
¿Y los padres de familia?… ¿o en la familia sigue siendo un tema tabú?
No podemos generalizar, nuevamente. Hay familias que sí están bien formadas, que invitan a sus hijos a esforzarse por vivir esta virtud, pero la gran mayoría de los papás, por miedo o porque los mismos medios nos han descalificado, tienen miedo de exigirles o proponerles esta forma de vivir. Incluso, hay que decirlo, nosotros mismos no hemos sabido ser un ejemplo y no la hemos sabido vivir para que ellos, a través de la familia y la creencia en casa, vean que es un bien para ellos también. Dar testimonio de esta virtud en familia es algo que los padres deberíamos esforzarnos por hacer.
¿Cómo promueve el comité que usted dirige el tema de la castidad?
Nosotros definitivamente reconocemos que es la virtud más eficaz y la mejor virtud para enfrentar los problemas que vivimos en nuestra sociedad. Nosotros la promovemos a través de libros, conferencias, videos… pero sobre todo tratando de capacitar precisamente a los padres de familia y a los educadores para que no tengamos miedo de promover esta virtud.
¿Es la castidad una virtud heroica?
Sí, podríamos decirlo. Definitivamente estamos contra corriente porque desafortunadamente existen políticas que promueven la promiscuidad, las relaciones sexuales desordenadas, promovidas incluso, tristemente, desde instancias internacionales.
Sabemos que los medios de comunicación también estan desvalorizando a la persona, al ser humano, particularmente a la mujer. Sabemos que vender sexo es un negocio y definitivamente sí es una virtud heroica, pero no imposible.
La Iglesia es la institución que mas defiende la castidad, ¿necesitamos, como Iglesia, incrementar esfuerzos para que esta virtud sea adoptada por los jóvenes?
Definitivamente tenemos que hablarle a los jóvenes de los beneficios de esta virtud, pero más que hablarles tenemos que dar testimonio de cómo la castidad puede llevarnos a tener una vida plena, una vida felíz, una vida de libertad que es a lo que estamos llamados todos, a lo que nos ha llamado nuestro Creador. Estamos llamados también a enriquecer con nuestra vida a todas las demás personas con una entrega generosa.
Algo más que desee agregar…
Invitarles a todos a tener el valor de vivir esta virtud, independientemente de los prejuicios que pueda haber en el medio. Si cada uno de nosotros vivimos esta virttud y a través de nuestras vidas damos testimonio de que es posible, muchos se verán invitados y motivados a seguir este ejemplo.