Diana Adriano
La educación de los hijos no es solamente una educación para las cosas de este mundo. Ciertamente es importante que los padres enseñen a sus hijos a caminar, hablar, comportarse. Sin embargo, las familias cristianas tienen que ser conscientes de que no solamente están formando ciudadanos para este mundo, sino que deben formar ciudadanos para el cielo.
Así lo explicó el padre Gregorio López, sacerdote Misionero de la Natividad de María y Vicario Episcopal de la Vida Consagrada en Ciudad Juárez.
En entrevista con Presencia, el sacerdote reflexionó sobre la importancia de que las familias cristianas se vuelven conscientemente promotoras de las vocaciones consagradas y sacerdotales.
Familias y la promoción vocacional
El padre Goyo -como es conocido- explicó cómo la familia debe ofrecer las condiciones necesarias que favorezcan el nacimiento y el desarrollo de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
“Las familias pueden colaborar con la promoción de las vocaciones. Esto quiere decir que, en casa, debemos abrir a los hijos la oportunidad y así como les decimos, ‘puedes ser doctor, maestro, comerciante’, también tener la opción de decirles ‘puedes ser religiosa, sacerdote o misionero’.
Es decir, impulsar esta otra alternativa para que el joven la considere dentro del abanico de opciones. De esta forma, los jóvenes pueden discernir o descubrir si es que Dios también le llama a esta vocación”, explicó el sacerdote.
Dijo que La familia está llamada a ser figura educadora vocacional, ya que en ella surgen los primeros brotes de toda vocación.
En este sentido, el padre Gregorio observó las características ideales para que en una familia puedan surgir vocaciones a la vida consagrada.
“Uno es promover el amor a María, además: proponer el rezo del rosario familiar, la misa dominical, vida de oración en familia, vida de servicio dentro de su parroquia en familia, y querer donar del tiempo familiar a Dios, es decir, desde muy pequeños inculcarles el servicio a Dios a través de la Iglesia, la parroquia y la diócesis”, dijo.
Superar los obstáculos
En el mundo actual, las familias son particularmente bombardeadas con el secularismo, el hedonismo, incluso la ideología de género, que en ocasiones se convierten en obstáculos para fomentar alguna vocación, por lo que el misionero recordó a las palabras de San Juan Pablo II.
“La familia que reza unida, permanece unida… y yo agregaría que serían más poderosas para superar cualquier obstáculo”, señaló.
Asimismo, recalcó que el mantenerse en la vida de oración con el rezo del Santo Rosario en familia, la perseverancia en la vida sacramental, son elementos muy importantes que ayudarán en la maduración espiritual de los hijos, y, por tanto, también en la vocación.
ABC para promover vocaciones en la familia
El sacerdote insistió en que, históricamente la familia ha tenido una importancia decisiva en el origen de muchas vocaciones religiosas. Pero lamentó que en la actualidad haya una reducción en el número de vocaciones a la vida consagrada.
“Ante esta necesidad de vocaciones, todos somos corresponsables de que existan y se incremente el número. Es importante que tomemos muy en serio el papel de las familias, a través de su oración nos ayudan a esta promoción, y tenerla como una opción de vida dentro de la familia para así perder el miedo cuando alguno de los hijos presente esta inquietud”, explicó el clérigo.
En este sentido, compartió el ABC de la promoción vocacional en la familia, que se debe poner en marcha para impulsar un mayor número de vocaciones.
-Rezo del Santo Rosario en familia
-Misa dominical
-Adoración al Santísimo
-Confesión sacramental
El padre Goyo concluyó diciendo que al cultivarse actitudes como la comprensión, acogida, cariño, espíritu de servicio, abnegación, fidelidad, religiosidad, en el centro de la familia, es posible que surja la pregunta ¿qué quiere Dios de mí?
Ponte en contacto
“Estoy a sus órdenes para poder ser un enlace para la vida consagrada masculina, para la vida sacerdotal diocesana o para cualquier forma de vida consagrada, estoy en la disposición de ponerlos en contacto con los encargados de cada una de estas áreas”, afirmó el padre Gregorio.
Puedes enviar un mensaje al facebook ‘Padre Gregorio López MNM’ o al correo padregregoriolopez@hotmail.com
Una experiencia vocacional
En la entrevista, el padre Gregorio compartió una experiencia que le llamó la atención, de un joven que se acercó a servir a una comunidad porque sentía esa necesidad.
“La familia de este joven no se acercaba a Dios, se decían católicos, pero no practicaban la fe. Al tener él está necesidad, se une a la Iglesia y ahí descubrió, dentro de su formación, quién era Dios. Él compartió que fue de una manera muy sencilla, en un tema quizá impartido por otro joven, pero desde ese momento comenzó su caminar vocacional, en el que se empezó a preguntar ¿qué es lo que quiere Dios de mí?”, compartió el padre Gregorio.
Dijo que en este camino, este joven descubrió que podría ser elegido para ser sacerdote, pero ahora el siguiente paso era acercarse a un sacerdote, a una religiosa o a un seminarista que pudiera ayudar a disipar las dudas que se le presentaron.
Fue así como ese joven comenzó su proceso vocacional en el que le ayudaron a descubrir si verdaderamente ese era su camino o no.
“Y en este caso así fue. Este joven decidió ingresar al Seminario y hoy ya es sacerdote con algunos años en su ministerio ¡Y es muy feliz de haber sido llamado por Dios!”, finalizó el padre Goyo.