Desde principios del mes de agosto llegaron a la diócesis nuevos sacerdotes de la congregación Hijos del Corazón de María (Cordis Maria Filium) conocidos como Misioneros Claretianos, para atender la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, de la cual la congregación se hace cargo desde el año 2000.
A la comunidad local la atienden la provincia de Estados Unidos y la provincia de México. Actualmente el superior es el padre de la provincia de Estados Unidos, Carl Quebedeaux cmf.
Nuevo párroco
José Francisco Díaz, cfm, es el nuevo párroco, quien tomó posesión de la parroquia el pasado 16 de agosto. Recibió el cargo con mucha alegría, ya que como secretario provincial de su congregación ya conocía el trabajo de que se realiza en esta ciudad.
“Gracias a Dios ya conocía la parroquia, desde el 2005 he estado viniendo cada año a vivir la Semana Santa o a alguna visita del gobierno provincial, ya tenía conocimiento de la realidad de Ciudad Juárez”, dijo en entrevista el padre José Francisco.
Compartió que siempre le llamó la atención el trabajo que se realiza en la parroquia de la Esperanza y sentía el deseo de alguna vez estar aquí.
“Les decía de broma: tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Me tocó venir mucho a esta comunidad hasta que por fin me destinaron”, dijo gustoso el sacerdote originario de Puebla.
Riqueza para la comunidad
Para el nuevo párroco, la comunidad parroquial estará llena de riqueza cultural pues es atendida también por los sacerdotes Eduardus Dosan, cmf, de Indonesia y Jerome Joseph Lourdu, cmf, de la India, ambos ya incardinados a la provincia de México.
“Viene también el hermano Sabás Cristobal García y el estudiante claretiano de teología Jesús Martínez quien viene hacer su experiencia apostólica comunitaria”, agregó al aclarar que en total, seis claretianos atenderán la comunidad.
Comunidad viva
El padre José Francisco dijo que encontró con una comunidad muy viva, con un gran número de servidores en la parroquia y en las ocho capillas con la que cuenta.
En estos días el padre Díaz fue informado que el territorio parroquial cuenta con 70 mil habitantes del cual solo el 5 por ciento se hace presente.
“Es un reto llegar a la gente que está alejada e invitarlas a participar, sobre todo ayudarlas en sus necesidades”.
Sobre el trabajo en la diócesis, el sacerdote afirmó:
“Veo una diócesis con deseo de trabajar y salir adelante. La visita del papa impactó mucho y animó a la diócesis. Vienen esos retos que el papa nos ha dejado para ponernos a trabajar. Vamos a integrarnos, vamos a colaborar desde esta comunidad que tiene presencia religiosa”, dijo refiriéndose a las Siervas del Sagrado Corazón y de los Pobres, las Dominicas de la Doctrina Cristiana y las Misioneras de María Dolorosa que apoyan las actividades parroquiales.