En entrevista, el asesor diocesano de la Pastoral Social habla de los frutos y desafíos que deja el Jubileo de la Misericordia a la comunidad diocesana de Ciudad Juárez.
Ana María Ibarra
Una gran sensibilidad en el corazón de la comunidad diocesana por ayudar al hermano necesitado, es uno de los frutos que dejó el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, decretado por el Papa Francisco, el cual concluye hoy domingo 20 de noviembre, en la Fiesta de Cristo Rey.
En este tiempo jubilar, grupos parroquiales y familias se desbordaron en la asistencia social, afirmó el padre Luis Escudero, coordinador diocesano de la Pastoral Social.
En entrevista con Periódico Presencia, el sacerdote, quien coordina también ek trabajo de caridad en la diócesis, a través del organismo Cáritas Diocesana, dijo que este jubileo debe extenderse con el compromiso de los fieles, y toda la Iglesia, de vivir la misericordia siempre.
Aquí la entrevista.
1.¿Cuál es el balance que hace, desde la pastoral social, del Año de la Misericordia en la diócesis?
Para la diócesis, como para toda la Iglesia, este año que nos propuso el papa fue de muchos frutos. En primer lugar, nos hizo valorizar el trabajo que realizamos tanto en las parroquias como en todas las instituciones que en nuestra diócesis existen. Se dio más unidad al trabajo de la evangelización al ver que todo el trabajo por la caridad y por la justicia es un fruto y una exigencia de la misma evangelización y de la misma catequesis que promovemos en nuestras parroquias.
Fue un año que nos ayudó mucho a valorizar el trabajo para unirlo al mensaje central de nuestro Señor Jesucristo para la salvación del mundo, en la totalidad de lo que es la persona, el ser humano.
2.¿Cuál diría usted que es la obra de misericordia que más se hizo presente en esta porción del pueblo de Dios?
Por la visita del papa, en sintonía con el Año de la Misericordia, hubo mayor respuesta y sensibilidad en algunas personas y grupos parroquiales a la Pastoral Penitenciaria. Aunque todavía hay mucho por hacer y se les sigue haciendo la invitación, noté que más personas preguntaban sobre qué se puede hacer y cómo se podían acercar a esta pastoral. Hubo grupos que se acercaron a lo largo del año, sobre todo después de la visita del papa al CERESO.
Otro de los frutos es ahora con la realidad que se está viviendo con el tema de la migración. En el trabajo que realiza el padre Javier Calvillo en la Casa del Migrante, pero también en las parroquias, se han incrementado los peregrinos que llegan y reciben ayuda. De nuevo Ciudad Juárez está siendo una ciudad de paso.
- ¿Cómo ha impactado esta iniciativa del papa en la vivencia de la misericordia, específicamente hablando en términos materiales (Cáritas diocesana)?
En las Cáritas parroquiales se ha visto mayor ayuda. Muchas parroquias no se encuentran solas realizando su ministerio, sino que empieza a llegar mucha ayuda externa de grupos eclesiales. Parroquias con mayores recursos ayudan a las parroquias de la periferia.
Nosotros tenemos una reunión mensual de las cáritas parroquiales y además de tener temas de formación vamos viendo cómo podemos articular más la ayuda material, sobre todo en la época de invierno.
Hemos notado mucha sensibilidad de la gente en el tiempo de Navidad como tiempo de solidaridad, tiempo de caridad. Grupos parroquiales y hasta familias hacen colecta entre ellos y buscan parroquias de la periferia para hacer regalos de abrigo para los niños, juguetes y cenas. La gente se organiza y no es solamente mandar algo, sino que conviven con las familias.
4.¿Cuáles son los nuevos desafíos que deja a esta diócesis el Año de la Misericordia?
Un primer desafío es seguir dándole unidad al ministerio de caridad y a la pastoral social de todas las parroquias. Así como tenemos una buena pastoral evangelizadora, una buena pastoral catequética o litúrgica, que de igual manera esté bien estructurada en cada parroquia la pastoral social. Que haya mucho apoyo por parte de la comunidad parroquial al ministerio de caridad, porque sucede que se deja este ministerio a un grupo muy reducido, que hacen hasta lo imposible por sacarlo adelante y es muy bonito su testimonio, pero a veces queda reducido a ese grupo y sus capacidades.
El gran reto es que todo el proceso evangelizador y catequético de una parroquia desemboque en la caridad. El Papa Benedicto XVI, en su encíclica “Dios es Amor”, insiste mucho en la creatividad de la caridad y de los grupos parroquiales, pero no como ministerios aislados, sino como la acción de toda una comunidad que estructura, que planea. La misericordia es primero aprender a ver, darnos cuenta lo que hay en la proximidad, sentir con entrañas de misericordia, transformar y comprometernos.
Ese es el gran desafío, hacer que toda la vida de la parroquia desemboque en un compromiso y en una misión permanente por la caridad y por la misericordia.
5.¿Cree que la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez impactó de manera especial este Jubileo?
Sin duda. Fuimos privilegiados. Dios miró a esta frontera a través de la visita del papa, pero no es solamente un privilegio o algo de lo que tengamos que presumir, sino la visita del profeta de la misericordia que nos comprometió más con nuestra tarea dentro de nuestra Iglesia Diocesana.
6.Al concluir este Año de la Misericordia, ¿Qué compromiso debe quedar en los católicos, desde sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos?
El papa lo propuso como un jubileo extraordinario, siente la necesidad de que la Iglesia retome el corazón de lo que es el Evangelio, porque la misericordia es el rostro del Padre. El primer compromiso que debe quedar en nosotros es no dejar el tema de la misericordia, sino continuar meditándolo, que sea un tema siempre presente en nuestra oración personal y comunitaria, en nuestra celebración, en nuestra liturgia y en nuestra catequesis. Que el fruto sea, como realmente quiere el papa, que la Iglesia se renueve en la misericordia. Eso en cuanto a la espiritualidad.
En cuanto a los compromisos de vida social, cada uno de nosotros según nuestra propia vocación, laicos, sacerdotes, religiosos, colaboremos con los planes diocesanos y parroquiales en las tareas propias de la misericordia. Que sigamos buscando la manera de ayudar a las distintas pastorales que forman la pastoral social.
7.¿Algo más que desee agregar?
Agradecerle mucho a Dios que nos haya permitido este camino que tiene qué ver no sólo con lo material, sino también con lo espiritual. Fue un tiempo de reconciliación, de experimentar la misericordia de Dios, el perdón de nuestros pecados, pero también para que seamos misericordiosos con los pecados y debilidades de los demás.
Los invito a que tengamos una Iglesia más unida, que favorezca siempre el perdón, la aceptación del hermano y también una Iglesia, como dice el papa, que siga saliendo. Porque misericordia significa esa forma en la que late nuestro corazón ante el dolor y ante la miseria humana en cualquiera de las formas que tenga.
FRASES…
Misericordia significa esa forma en la que late nuestro corazón ante el dolor y ante la miseria humana en cualquiera de las formas que tenga.
Pbro. Luis Escudero/ Pastoral Social
La misericordia es primero aprender a ver, darnos cuenta lo que hay en la proximidad, sentir con entrañas de misericordia, transformar y comprometernos. Ese es el gran desafío.
Pbro. Luis Escudero/Pastoral Social