- Se acerca la promoción que hacen los comercios en el fin de año, ofreciendo una temporal alegría que pronto desaparece si no se cuidan las finanzas…aquí un testimonio y consejos para tener un Buen fin…
Roberto y Angelica Espinoza/ Encuentro Matrimonial
Las finanzas en el hogar es un tema más que difícil de abordar en casi todos los matrimonios, y en el peor de los casos, convertido en tabú. Y es que resulta más cómodo evadirlo que enfrentarlo.
Habremos escuchado alguna vez frases como: “Lo mío es mío y lo tuyo es tuyo”, “Me lo merezco, para eso trabajo”, “Para eso es el ahorro, para darme mis gustos”, “¡Ay con el aguinaldo para la familia!”, y ya por estas fechas: “Es que hay que aprovechar el Buen Fin”.
Peligros del Buen fin
Hablando del Buen Fin, hoy queremos compartir estas reflexiones al respecto, pues si le buscáramos el “buen fin” a ese “slogan”, sería una muy buena oportunidad para analizar cómo andan nuestras finanzas en el hogar.
Cada vez son más el número de familias que, dejándose llevar por los medios de comunicación, terminan de una manera anticipada y presurosa con el presupuesto de fin de año y con ello también con la ilusión de realizar un equilibrio a sus finanzas, reduciendo o eliminando sus deudas, o incluso invirtiendo en algo que en verdad beneficie a toda la familia. En casos extremos hasta se puede exponer la relación matrimonial, como en su momento nosotros lo experimentamos.
Truco publicitario
Es sorprendente la cantidad de negocios que año con año se van uniendo a promover esta cultura del consumo, convertida para muchos en una supuesta “necesidad”. Y no sólo son negocios que ofertan artículos de consumo, sino también de bienes y servicios que en ocasiones distan por mucho de ser una real oportunidad.
Sólo habría que estar alertas en revisar los precios que dichos bienes o servicios tenían antes del llamado Buen fin, para darnos cuenta de que en la mayoría de los casos, sólo se trata de un truco publicitario. Basta ver que en artículos de consumo de primera necesidad, no hay ofertas de Buen Fin.
Las compras de lo último en tecnologías de comunicación, son un ejempo de ello, más aún si se trata de artículos de uso personal, donde el costo que impactó a toda la familia, benefició a uno solo de sus integrantes.
Así es como la mayoría de las compras del llamado “Buen Fin” terminan con ahorros, aguinaldos y bonos de todo un año de trabajo.
Cuidado con el tarjetazo
Otro panorama igualmente triste, pero mucho más complicado es para quienes, dejándose llevar por los atractivos que se nos ofrecen en este llamado “Buen Fin” caen en la tentación de utilizar la Tarjeta de Crédito, con toda la problemática que esto incluye.
Usar este medio de pago genera problemas a largo plazo, pues los pagos se prolongan con el disfraz de “a meses sin intereses”. Bajo este término, muchos no dudan en realizar compras, aún sin saber siquiera cómo funciona a ciencia cierta ese esquema de pagos, aunque el vendedor te asegura que “ni sentirás el gasto”. Sin embargo, no se cae en cuenta que limitas tu capacidad de crédito para emergencias futuras, como gastos de salud.
Ir al fondo
Preguntémonos como padres de familia, qué es realmente lo que tratamos de ocultar con una compra mal planeada disfrazada de regalo para nuestros hijos o nosotros mismos, ¿nuestra ausencia en la vida de nuestros seres queridos? o bien nuestras necesidades que siendo niños quedaron insatisfechas y hoy intentamos satisfacer. Habrá que poner mucha atención en este punto.
¿A quien escuchar este Buen Fin?
Compras viviendo antivalores
- Irresponsabilidad (lo quiero)
- ¡Cueste lo que cueste!
- Egoísmo ¡Algo sólo para mí!
- Soberbia ¡Quiero verme súper!
- Imprudencia ¡Para eso es la tarjeta!
Compras viviendo valores cristianos
- Responsabilidad: Analicemos el precii
- Comunicación: Ese precio es un engaño
- Solidaridad: Mejor algo para todos
- Humildad: Eso no se necesita
- Sensatez: Este año no se puede
Su matrimonio en crisis por desorden financiero
No cabe duda, que como dicen por ahí, el diablo se disfraza de muchas maneras. En nuestro caso, fue a través del uso de tarjetas de crédito, lo cual puso en crisis no sólo nuestras finanzas familiares, sino además nuestra relación matrimonial.
Y cuando entras en una crisis de este tipo, y le sumas la falta de comunicación, diálogo y vivencia de valores como la responsabilidad al tomar decisiones, el tema se torna escabroso.
Hoy podemos decir que cuando la situación financiera esá fuera de control, lo primordial en una relación conyugal es la honestidad a la hora de expresar cómo nos sentimos y percibimos en medio de la crisis financiera, para ir resolviendo poco a poco la situación.
La peor crisis
Cuando experimentamos la peor crisis de nuestra historia familiar por nuestras finanzas mal administradas, fue maravilloso ver a nuestros hijos aun pequeños viviendo los valores cristianos que en el Encuentro Matrimonial hemos aprendido ahora ya como familia.
No sólo comprendían, sino se solidarizaban ofreciendo desprenderse de sus juguetes para apoyarnos, algunos de los cuales fueron resultado de compras impulsivas hechas por nosotros, pero no planeadas.
De algunas aún pagábamos intereses sobre intereses, todo por no dialogar sobre nuestras finanzas y no hacer una buena planeación, justificándonos en querer dar a nuestros hijos lo que nosotros no habíamos tenido.
Resolución
Acercarnos a Jesús y su Divina Providencia a través de la oración, fue la clave para que se realizara el milagro, y lo que para nosotros era imposible de resolver, para Dios no lo fue.
Dios obró en nuestros corazones, fue doblar la rodilla y aceptar con desesperación:
“Señor sin Ti no podemos, en Ti confiamos”. Como esposos nos aferramos a la fidelidad de nuestras promesas sacramentales, (en la riqueza y en la pobreza), nos escuchamos, aceptamos nuestra mutua responsabilidad, nos perdonamos, nos tomamos de la mano y actuamos.
Alertas al consumismo
A lo largo de 27 años de matrimonio, y sobre todo en 16 años de experiencia y formación que hemos recibido en Encuentro Matrimonial Mundial (EMM), hemos aprendido a vivir los valores y un estilo de vida donde sabemos que el diálogo es la clave para cambiar el mundo a partir de nuestra relación.
Debemos recordar siempre que esto es una lucha diaria, pues la cultura del consumismo nos bombardea por todos lados. Por eso les aconsejamos estar alertas ante el “Buen Fin”, para que no nos sorprenda disfrazado de oveja, cuando en el fondo es como un lobo rapaz, capaz de hacernos perder estabilidad financiera, matrimonial y familiar.
Con amor en Cristo y María Santísima