Diana Laura Adriano
Ante la presencia de prácticas espirituales que no sólo no disminuyen, sino parecen ir en aumento al ver el número de “santuarios” de ocultismo que han surgido en la zona sur de la ciudad, el párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro lanzó una seria advertencia.
Es grave el peligro espiritual que conlleva la participación en prácticas ocultistas y en cultos como el dedicado a la Santa Muerte, expuso, pues no solo aleja a las personas de Dios, sino que también abre puertas a influencias satánicas y demoníacas que pueden manifestarse de diversas maneras en la vida cotidiana.
“Los riesgos espirituales son graves y delicados porque se trata de abrir umbrales a portales satánicos y demoníacos que, evidentemente, nos alejan de Dios y nos llevan a vivir en un estado permanente de pecado. Si hay un riesgo, este tendrá sus manifestaciones en la vida cotidiana, y podría generar varios trastornos», explicó el presbítero.
Destacó que en el caso en que se presentan ya estos casos como consecuencia de prácticas ocultistas, la atención debe ser rigurosa y llevada a cabo por un sacerdote.
“Hay gente que luego comienza a escuchar ruidos en su casa y atribuyen esto al demonio, pidiendo que se exorcice la casa. Dicen que ven sombras y hay una serie de fenómenos que requieren un proceso muy cuidadoso. No es fácil hablar de una manifestación concreta de un ente satánico o demoníaco; para llegar a un diagnóstico, se necesita una investigación muy seria y detallada”, señaló.
Misa y sacramentos
El padre Luis mencionó que como método de filtro, se aconseja a quienes buscan ayuda que se confiesen y asistan a misa regularmente.
“Cuando se observa un proceso sacramental honesto, entonces podemos hablar de lo que sigue”, dijo.
Sin embargo, aclaró que muchas de las personas que acuden con estas situaciones, no regresan, ya que en realidad no buscan una respuesta honesta.
“Prefieren vivir en la superstición y en la idea de una presencia maligna, que puede ser más morbosa y emocionante para muchos”, comentó.
En este sentido, el entrevistado recordó que el compromiso con las prácticas sacramentales es fundamental para protegerse de las influencias negativas y mantener una conexión sólida con Dios.
Pragmatismo social vs la fe
Según el padre Luis, estas prácticas están intrínsecamente ligadas al pragmatismo de la sociedad moderna, un fenómeno que ha sido analizado por pensadores como Zygmunt Bauman, quien en el siglo XX describió la “sociedad líquida”.
“Me parece que el penssamiento de Bauman sobre la sociedad líquida ilumina mucho la realidad de la Iglesia y de las sociedades modernas. Somos muy pragmáticos; queremos todo fácil y rápido, y esto lo constatamos en muchos aspectos de la vida, incluso en aspectos de la fe», explicó.
El sacerdote subrayó cómo este enfoque se refleja en la vida religiosa, donde las personas buscan sacramentos como el bautizo sin querer cumplir con el proceso necesarios.
«Por ejemplo, queremos Bautizo sin pláticas, sin ir a la Iglesia, sin dinero, sin procesos. Esto habla de una vida sin exigencias, de una vida pragmática», afirmó.
El presbítero explicó que este mismo pragmatismo lleva a las personas a recurrir a cultos satánicos o a practicar una doctrina cristiana distorsionada cuando buscan soluciones rápidas a sus problemas, como la sanación de un familiar o la salida de una crisis económica, etcétera.
«Queremos un favor, un milagro, pero queremos que sea rápido y a nuestros criterios, no conforme a un proceso evangélico que implica cargar una Cruz, renunciar a sí mismo y seguir a Cristo como discípulo», enfatizó.
Condenados
El sacerdote reflexionó sobre el hecho de que para muchos es más fácil acudir a cultos oscuros cuando sienten que Dios no responde de inmediato a sus plegarias.
“Dicen que es más fácil, si en apariencia ‘Dios no me escucha cuando yo le hablo’. Es cuando estas personas rinden culto al demonio, que ‘les va a responder al momento’”, dijo el padre Luis.
“Pero no se dan cuenta que al mismo tiempo, son condenado”, advirtió.
El sacerdote dijo que la mayoría de las personas involucradas en estos cultos están atrapadas en un pragmatismo social muy fuerte, que les impide vivir una fe auténtica y comprometida.
“El Señor nos invita siempre a una conversión permanente, mientras que el culto nos permite ‘ser libres’ en apariencia, porque hago lo que quiero, pido lo que quiero y obtengo lo que quiero”, acotó el entrevistado.
¿Qué hacer?: Corregir con caridad, amor y respeto
Por otra parte, el sacerdote compartió la importante tarea de orientar a las personas que han caído en doctrinas falsas, como el culto a la Santa Muerte, pero hacerlo sin imponer sus creencias ni violentar la conciencia de los demás.
Según el sacerdote, el respeto y la caridad deben guiar cualquier intervención moral.
“Principalmente, algo que debemos cuidar es nunca violentar la conciencia. Ese es un principio para nosotros imprescindible, moral. No podemos llegar con una persona y decirle ‘tú estás mal por esto’. En la confianza y en la cercanía, podemos ayudar iluminando y haciendole ver con mucha caridad que esas son doctrinas falsas, que no es una fe honesta y que no nos va a dar los frutos que buscamos”, explicó.
El padre Luis destacó la responsabilidad moral que tienen los católicos de orientar a otros, pero subrayó que esto debe hacerse con amor y respeto.
“Moralmente, tenemos una responsabilidad, pero esta debe vivirse con caridad”, afimó recordando las enseñanzas del Evangelio en torno a la oración y el ayuno como herramientas poderosas en la lucha espiritual.
“Recuerda que en el Evangelio el Señor nos dice: ‘hay demonios que no salen sino a fuerza de ayuno y oración’. Eso es lo que nos toca hacer, sin llegar a violentar la conciencia, la oración de intercesión por la conversión de los pecadores», mencionó.
Citó las apariciones de la Virgen María como ejemplo de intercesión.
“Las apariciones de nuestra Santísima Madre siempre nos han invitado a orar por la conversión de los pecadores, la conversión del mundo, y eso es lo que podemos hacer”, concluyó.