José Mario Sánchez Soledad/Autor
Antecedentes de la colonización del Nuevo México
El primer español en visitar tierras septentrionales fue Alfonso Álvarez de Pineda, quién explora las costas de Texas, es el primer europeo que exploró las costas del Golfo de México y trazó un mapa desde Florida hasta Yucatán. Las acciones de Álvarez de Pineda introdujeron en la mente de los exploradores de entonces las nuevas posibilidades de expansión.
En 1524, Juan de Torquemada nos relata que ese año llegaron a tierras mexicanas fray Martín de Valencia y sus compañeros, doce santos religiosos, llamados los doce apóstoles de México. Este grupo de franciscanos lo conformaban Martín de Valencia, Francisco de Soto, Martín de Jesús, Juan Juárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente, García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, Andrés de Córdoba, y Juan de Palos. Encontraron al llegar, a otros cinco frailes presentes ya en estas tierras.
El sacerdote investigador Dizán Vázquez Loya nos revela en sus escritos cómo estos doce frailes venían provistos por parte del papa Adriano VI de todas las facultades para fundar oficialmente la Iglesia Católica en estas tierras. Se reunieron con los pocos religiosos que habían llegado antes y de ese capítulo salió la erección de la Iglesia en México, al establecer la Custodia del Santo Evangelio, el 2 de julio de 1524. Fray Martín de Valencia fue electo el primer responsable de la Custodia del Santo Evangelio con sede en la Ciudad de México.
El custodio no era solo de los frailes, sino también delegado del pontífice para las cosas de la religión cristiana, así en la jurisdicción espiritual como temporal y asistía a concilios junto con el gobernador de la Nueva España, junto con otros clérigos y letrados seculares para el buen gobierno.
Siendo Hernán Cortés capitán general de las tierras descubiertas, existió una rivalidad entre él y el Cabildo Municipal de México. Para solucionar parcialmente lo anterior, se crea en 1527 la Real Audiencia de la Nueva España y con esto se fortalece el establecimiento institucional civil en México.
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Papa Adriano VI quien otorgó el permiso a la orden Franciscana para fundar la Iglesia en México. Fotografía de Biografías y Vidas.com.
Expedición de Pánfilo de Narváez y Cabeza de Vaca
Bajo la recomendación del Concilio de las Indias, el 7 de noviembre de 1526, el rey de España dio a Pánfilo Narváez una cédula –enmendada en diciembre 11–, especificando los términos otorgados. Entre otras cosas, Narváez estaba autorizado para explorar, conquistar y poblar todas las tierras entre río de las Palmas (ahora río Grande) y el cabo de Florida.
A Narváez se le confirió los títulos de Gobernador, Capitán General y Adelantado. La expedición salió en junio 17 de 1527 de San Lúcar de Barrameda y consistía en cinco barcos, un poco más de 600 colonos y soldados a bordo. Entre los pasajeros estaban Fray Juan Suárez y cuatro misioneros franciscanos, un buen número de mujeres, y las esposas de algunos de la tripulación.
Fue Don Pánfilo Narváez en 1528 quien desembarcó por primera vez en las costas de la Florida y casi toda su gente pereció en los esfuerzos vanos que emprendió para explorar por tierra y mar, la costa del Golfo de México, desde Tampa hasta Pánuco (Tamaulipas).
Uno de los integrantes de la expedición, Alvar Núñez Cabeza de Vaca quién había sido nombrado tesorero y alguacil mayor del esfuerzo frustrado, por destino fue el héroe e historiador de la trágica expedición. El objeto de la expedición era llegar al río de las Palmas. En efecto salieron de Trinidad en febrero 22 de 1528, rumbo a ese afluente, pero otra vez el destino y los elementos climáticos los derrumbó en las costas de Florida.
Por fin desembarcaron en abril 15 de 1528, en una península entre el bajío de Tampa y el Golfo de México, en la cercanía del Paso del Indio. El día siguiente Narváez tomó posesión oficialmente de la nueva tierra en nombre del rey. Después de haber sufrido todas las penalidades posibles que humanos puedan resistir, en agosto 4 de 1528, se pusieron a construir cinco lanchas que terminaron el 20 de septiembre. Los 242 desesperados sobrevivientes se repartieron en partes iguales en las cinco lanchas, y con mucho cuidado se fueron costeando hacia el poniente en busca del río de las Palmas. Lo que cada grupo sufrió, desde el 20 de septiembre hasta el primero de marzo, es una verdadera historia de horror.
Otro detalle de la expedición es en relación con Fray Juan Suárez, de la Provincia de San Gabriel, sacerdote de la orden de San Francisco y uno de estos doce franciscanos, que fueron a México por súplica de Cortés en 1524.
Fray Suárez fue presentado por el rey como obispo-electo de la nueva Provincia del río Pánuco y Victoria Garayana. Él fue a unirse a la expedición de Narváez junto con otros cuatro religiosos, entre ellos Fray Juan Palos, hermano lego, quien también fue uno de los Apóstoles de México. El rey de España, previendo que el padre Suárez no podía ejercer como obispo, sino hasta que fuera su nombramiento confirmado y consagrado por la Santa Sede, lo autorizó para que usara sus limosnas y otros ingresos para construir su catedral y residencia episcopal, o cualesquiera otros fines que el creyera prudente.
Por las complicaciones surgidas a raíz del naufragio, también los franciscanos murieron de hambre en su peregrinación.
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Pánfilo de Narváez, Archivos del estado de Florida, Colección Fotográfica.
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Llegada de Narváez Grabado. 1844