Lectio Divina correspondiente al domingo 23 de febrero. VII Domingo Ordinario. Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/IBSJ
1.Lectura: ¿Qué dice el texto?
Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos’’.
Ahora hagámonos las siguientes preguntas:
¿A quién dirige Jesús estas enseñanzas? En el primer párrafo ¿a quién pide que amemos y bendigamos? ¿por quién debemos orar?
¿Cómo inicia el segundo párrafo? ¿tendrá algún mérito tratar bien y amar sólo a los que nos aman y tratan bien?
En el tercer párrafo nos habla sobre recibir un gran premio al hacer el bien y prestar sin interés alguno ¿cuál es ese premio?
El cuarto párrafo termina dejándonos claro el principio de la convivencia cristiana ¿cuál es esa última frase?
Interioricemos en el texto
Estas enseñanzas de Jesús que nos muestra el Evangelio van dirigidas a sus discípulos, es decir, a la comunidad de sus seguidores, pero son ordenanzas de tipo personal y enmarcan cuál debe ser nuestra actitud como verdaderos creyentes. Se resalta cómo la gratuidad de las buenas obras es lo que caracteriza la conducta de sus seguidores y es un signo importante de ser hijos de Dios, de ser ciudadanos del Reino. Jesús nos pide que seamos compasivos, generosos, misericordiosos pues ahora para el católico ese es el modelo de nuestra moral: la misericordia del Padre. Estas enseñanzas son los principios de la convivencia cristiana y se pueden resumir en la frase: “con la misma medida con que midan, serán medidos” teniendo presente que el límite de nuestra misericordia es la de Dios, infinita.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Acabamos de leer el modelo de actitud que como católicos debemos seguir a manera de una norma para nuestra convivencia ¿piensas que tu comportamiento se apega a estas enseñanzas de Jesús? si no es así ¿qué es lo que se te dificulta?
Para realizar un cambio en nuestras actitudes debemos empezar poco a poco, pero de forma constante; cuando enfrentemos una situación complicada siempre podremos recurrir a la enseñanza de Jesús, tratando a los demás como quisiera que me trataran. ¿Estas dispuesto a iniciar un cambio de actitud? Si es así recuerda que la oración nos ayuda a perseverar en el seguimiento de Jesús
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Padre, fortalece mi fe y mi voluntad de seguir a tu Hijo.
Ayúdame a hacer vida sus enseñanzas y
ser digno de ser llamado hijo de Dios.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces durante la semana un versículo de la Sagrada Escritura para que alimente nuestra fe:
« No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados » (Salmo 103, 10)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Esta semana tratemos de mostrar nuestra fe dando seguimiento a las enseñanzas del Evangelio de este domingo, seamos signo del reino a través de las buenas obras.
Propuesta: Sin esperar nada a cambio tratar de compartir parte de las bendiciones materiales que hemos recibido de parte de Dios y procuremos hacer llegar alimentos no perecederos y material de aseo personal a los alberges y refugios de migrantes, si no es posible llevarlos directamente podemos hacerlo a través del Ministerio de Caridad de nuestra parroquia.