l Papa Francisco dio a conocer hoy martes 8 de septiembre, dos cartas motu proprio, emanadas de su autoridad directa, que contienen la reforma del proceso de nulidad del matrimonio y que, esencialmente, cambian el código de Derecho Canónico y el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales en esta materia.
“He decidido de dar con este Motu proprio disposiciones con las cuales se favorezca no la nulidad del matrimonio, sino la celeridad (rapidez) de los procesos” y de la “simplicidad”, argumentó el Papa Francisco.
Así, el Pontífice reformó el proceso canónico para las causas de nulidad a través de las dos Cartas, tituladas, Mitis Iudex Dominus Iesus y Mitis et misericors Iesus, y presentadas esta mañana en la sala Juan Pablo II del Vaticano.
Matrimonio Indisoluble
Según revela el Motu proprio, se trata de una reforma que protege el principio de indisolubilidad del matrimonio. Precisamente, en la actual normativa, la Iglesia Católica asegura que, un católico puede casarse de nuevo sólo si su primer matrimonio es declarado “nulo” por un tribunal eclesial, es decir, el fallo debe establecer “que desde sus orígenes careció de validez”.
Se trata de que el retraso en los juicios “no oprima en las sombras de la duda” el corazón de los fieles. El Papa argumentó su decisión en la importancia de atender las expectativas de los fieles que esperan “aclarar su propio estado”.
Lo cierto es que, sin contrariar la doctrina, el Papa Francisco pidió que los tribunales eclesiásticos sean eficientes y ejemplares, porque los católicos tienen derecho a recibir justicia en tiempos breves y ‘gratis’.
La exhortación a los obispos es que se trabaje por la “unidad en la fe” y en la “disciplina del matrimonio”, sin embargo, respondiendo a “numerosos fieles” que han pedido justicia y que “perciben una distancia física y moral” por parte de los tribunales eclesiásticos.
El Papa es explicito: “La caridad, por ende y la misericordia exigen que la misma Iglesia como madre se haga cercana a los hijos que se consideran separados”.
No es divorcio
La reforma, por tanto, no es ‘un divorcio a la católica’, pues, la doctrina de la Iglesia, que defiende “la dignidad del matrimonio”, es ‘explícitamente’ contraria al divorcio, así como al adulterio, la poligamia, la unión libre (convivencia, concubinato) y, las relaciones sexuales antes o, fuera del matrimonio.
El Papa justificó la reforma en estos términos: “Es por lo tanto, la preocupación de la salvación de las almas, que – hoy como ayer- es el fin supremo de las instituciones, de las leyes, del derecho, a empujar el Obispo de Roma a ofrecer a los Obispos este documento de reforma”.
De hecho, el Papa hizo referencia a los votos de los cardenales del pasado Sínodo de la Familia para indicar que la mayoría de ellos están preocupados por la cercanía que la Iglesia debe demostrar a las ‘familias heridas’.
En este sentido, un grupo de 5 expertos y altos prelados presentó la reforma en el Vaticano: monseñor Pio Vito Pinto, decano de la Rota Romana y Presidente de la Comisión especial para la reforma del proceso matrimonial canónico; monseñor Luis Francisco Ladaria Ferrer, secretario de la Congregación para la Doctrina de la fe y miembro de la Comisión especial, entre otros.
Cabe recordar que esta reforma es el resultado de un importante trabajo previo, pues ya el pasado 27 de agosto de 2014, el Papa Francisco había instituido una Comisión para el estudio de la “simplificación del procedimiento” de nulidad matrimonial. (Publicado en Aleteia)