Pbro. Eduardo Hayen Cuarón
Los seres humanos solemos ser bastante ingenuos. Alguien nos presenta la última moda para alcanzar un estado de óptimo bienestar, salud, armonía, prosperidad, conciencia y sintonía con la conciencia cósmica universal… y fácilmente le creemos. Somos ingenuos, incautos y tontos cuando caemos en estafas que, con un poco de conocimiento de nuestra fe cristiana, podemos evitar.
Algunos amigos me han preguntado mi opinión sobre las nuevas tarjetas magnéticas fabricadas en Alemania para lograr ese estado maravilloso de energía y felicidad que prometen. Y claro, como la ciencia se ha vuelto un semidiós que tiene la última palabra para que el mundo crea, la venta de estos productos está muy bien disfrazada de pseudo ciencia para estafar a los incautos.
«Nume Card» se presenta como la tarjeta portátil que ayuda a quitar dolores, inflamación, artritis, vértigo, depresión, falta de sueño reparador, hipertensión, y una bola de problemas de salud. Se vende como una tarjeta electromagnética computarizada que brinda una estabilidad y resistencia corporal instantánea. La tarjeta expande luz, conciencia, calidad de vida y bienestar. La ofrece una doctora a quien el arcángel Rafael y otros ángeles la inspiraron para crear esa nueva herramienta y así llevar luz y sanación.
Otra modalidad de estafas como esta es «Healy», otro dispositivo portátil que se utiliza colgado al cuerpo para armonizar el campo bioenergético a base de frecuencias personalizadas. Con ayuda de un reloj de pulsera y una aplicación de suscripción mensual, este engaño promete ayudar a desaparecer el estrés, la depresión y los trastornos del sueño. Presentado con imágenes de personas haciendo yoga y meditación budista, «Healy» brinda una sensación de unidad y armonía entre el cuerpo, la mente y el espíritu, dando bienestar y vitalidad para vivir la vida en plenitud. Hay paquetes que van desde los 500 a los 4000 dólares.
Los católicos no podemos dejarnos estafar por este tipo de fraudes. Son herejías del mundo esotérico. Una de las características del New Age o Nueva Era es la promesa de que utilizando ciertas técnicas, productos y conocimientos, la persona tendrá la fórmula para lograr su felicidad integral. Es aquí donde entra el engaño del demonio.
La Revelación cristiana nos enseña que Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Jesús nos indica la vida eterna consiste en conocer a Dios Padre y a Él, su Hijo unigénito (Jn 17,3). El camino hacia el Cielo –la felicidad suprema donde no habrá luto, ni llanto, ni muerte, ni dolor–, es la ruta del amor a Dios y del amor al prójimo, ruta que pasa por la Cruz y es a través de la Iglesia. Cualquier vía alterna y facilona que se nos ofrezca –la vieja frase «seréis como dioses»– apesta a azufre.
Alguien que nos diga que a través de un artefacto, pulsera, conocimiento o técnica lograremos la felicidad y el bienestar general, nos está engañando. El coaching, la programación neuro lingüística, la medicina cuántica, el ecologismo, la pulsera biomagnética y otras muchas cosas más, son técnicas terrenas, recalentados de una farsa contraria a la fe cristiana que se llama panteísmo (todo es Dios). No nos dejemos engañar. No nos pongamos en un camino contrario al Evangelio.