Testimonio de una persona que ha podido lidiar con su jefe gracias a que se encomienda a su fe…
Presencia
Desplantes, malos tratos y exigencias de parte de su jefe son los que “Sandra” ha tenido que soportar por 10 años. Pero gracias a la oración, misa y Comunión diaria, ha podido practicar la sexta obra de misericordia espiritual y seguir adelante.
Sandra compartió que su jefe es una persona muy voluble, que puede estar de excelente humor en un momento, y al siguiente minuto estar de muy mal humor, cuestionando y pidiendo de manera molesta las cosas.
“Es una persona sumamente perfeccionista y las cosas hay que hacerlas a su modo. En ocasiones hay que hacerla de adivina para pensar y hacer las cosas como esta persona quiere”, afirmó la entrevistada.
Dijo que aunque tiene temporadas con buen humor, en ocasiones su jefe dura muchos días con su carácter difícil, demandante y hasta grosero, lo cual ha sido muy desgastante, pues esa actitud en ocasiones ha minado su autoestima.
“Llegas a pensar que realmente estás haciendo todo mal, tu autoestima baja, tienes miedo de decir y hacer las cosas, te vuelves un poco insegura, no te motiva tener iniciativa pues de antemano ya sabes que no estará bien”, dijo.
Practicar la paciencia
Para poder sobrellevar la situación Sandra intenta ser paciente y aunque a veces se enoja, enseguida intenta calmarse. En varias ocasiones, a lo largo de diez años, ha llegado a pensar que no tolerará más la situación, pero al final recapacita y decide quedarse.
Compartió que algo que le ha ayudado mucho para lograr esta paciencia, es hablar con su ángel de la guarda, o con el ángel de su jefe. También pide la ayuda del Espíritu Santo.
“Definitivamente el estar cerca de Dios, de buscar la misa diaria y la Comunión ayuda a ser paciente, tolerante y a intentar comprender, aunque no siempre sea así. Pero lo importante es estar intentando, luchando por no juzgar y no dejar que me afecte”, afirmó.
No obstante su disgusto con el jefe “Sandra” incluso ha llegado a aconsejarlo a ofrecerle una oración cuando ha notado que su jefe estea agobiado o vive alguna preocupación. Incluso lo ha invitado a asistir a misa o a algún evento religioso, para que pueda encontrar la paz que ella cree que necesita.
Batallas diarias
Al pensar en las muchas personas que pueden vivir una situación similar a la suya, “Sandra” animó a todos a enfrentar con buena cara las batallas diarias que se enfrentan con “personas difíciles”, que puede ser el jefe, el compañero de trabajo, el alumno, o hasta un familiar.
“Es difícil ponernos en los zapatos del otro, pero es importante tratar de hacerlo para no juzgar e intentar comprender que esta persona no lo hace a propósito, que quizás ni se da cuenta de su forma de ser”, expresó.
Lo que recomendó es que si ya se dieron cuenta de que tratan con una persona difícil, sean conscientes de que es esa persona es la que está mal e invitó a no copiar o imitar, porque con el trato diario se pueden llegar a repetir las mismas actitudes.
“Que no nos afecten sus reacciones, que sigamos siendo nosotros mismos, con nuestra autoestima sana y seguridad”, aaconsejó.