Ana María Ibarra
En preparación para vivir el Adviento, rumbo a la Navidad y con la intención de pedir a Dios que derrumbe las murallas físicas y espirituales que impiden experimentar el llamado a la conversión, la comunidad parroquial de Dios Padre llevó a cabo una semana de oración a través de un Sitio de Jericó del 28 de noviembre al 5 de diciembre.
Este espacio de oración se llevó a cabo durante la primera semana de Adviento por lo que además de la oración ante el Santísimo Sacramento, los fieles reflexionaron sobre las postrimerías cristianas, guiados por su párroco, el padre Jorge Iglesias.
“El sitió de Jericó es para que nuestro corazón, que muchas veces se llena de soberbia, de autosuficiencia, se doblegue delante del Señor. Iniciemos con un anhelo y traigamos a nuestro corazón aquello que creemos imposible. Un corazón que se rinde ante el Señor verá que todo es posible para nuestro Dios”, fueron las palabras iniciales del padre Jorge.
Durante la semana de adoración a Jesús Sacramentado, los fieles pudieron orar y adorar al Señor las 24 horas, además, se celebraron dos misas diarias en las que el párroco reflexionó sobre muerte, juicio, infierno, purgatorio y cielo.
“Hemos sido creados para el cielo. El purgatorio es un fuego purificador que implica dolor. Si no reparamos nuestra vida a través de la oración, la penitencia y las buenas obras, lo haremos en el purgatorio”, reflexionó el sacerdote.
Indicó que los sacramentos son la vía ordinaria para llegar al cielo e invitó a los fieles a rezar el Rosario, cuya gracia es no morir sin los sacramentos ni la asistencia espiritual.
“Pidamos a Dios que nos motive a la conversión y la transformación”, motivó el párroco.