Como cada año, la Pastoral Penitenciaria realizó su Jornada de oración, para pedir por la paz y por los internos del Cereso. Lo hizo en una misa celebrada el pasado 18 de septiembre en Catedral, presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos y concelebrada por el padre Alberto Meléndez, asesor de la Pastoral Penitenciaria.
Esta fue la jornada número 13 y la segunda que se realiza en Catedral, pues aunque cada año se realizaba en el exterior del Cereso durante 12 horas continuas, hace dos años se buscó acercarse más al centro de la ciudad.
Además, los agentes de la Pastoral Penitenciaria hicieron una procesión especial para atravesar la Puerta Santa y ganar indulgencia en este Jubileo de la Misericordia.
“En esta jornada intercedemos por los internos y trabajadores, para que puedan vivir la justicia, la piedad, y es una motivación para darnos a conocer como Pastoral Peninteciaria”, dijo el padre Meléndez.
El obispo pidió a quienes atienden y visitan a los internos del Cereso, que al recibir indulgencia y la gracia de Dios, renueven su compromiso de seguir llevando la Misericordia al ambiente de la cárcel.
“Visitando ese lugar, la cárcel, el papa nos invitó a todos a vivir la misericordia con los presos y no juzgarlos”, dijo el obispo.
“Es muy importante llevar el Evangelio, volverles al amor de Dios y darles a conocer que los queremos. Por eso la labor de ustedes es muy importante”, agregó.
El obispo concluyó la homilía diciendo es Cristo quien está encarcelado y está presente en el prójimo, por lo que pidió a todos ser generosos, apartar la soberbia, el egoísmo, y tener un corazón abierto al llamado de Dios a la misericordia.
Los presos en los cinco sentidos
Al término de la Eucaristía se expuso el Santísimo en la Misión de Guadalupe, donde algunos agentes de la Pastoral Penitenciaria permanecieron en oración hasta las 6 de la tarde, mientras en el exterior otros integrantes presentaron una exposición para explicar a los fieles a través de los cinco sentidos, cómo Cristo ve, huele, escucha y toca a los presos.
Vista. Presentaron fotografías de los presos
Olfato. Repartieron narices de payaso e invitaron a hacer oración por los presos.
Oído. Colocaron audios con oraciones de los internos.
Tacto. Colocaron una caja en la que introducían las manos y tocaban un objeto duro y otro blando para indicar que Jesús ablanda los corazones.
Gusto. Colocaron una cruz y pidieron a los transeúntes escribir su nombre y llevarse el compromiso de orar por los presos.