Colaboradores del Instituto Fronterizo Esperanza se hicieron presentes en evento de obreros de maquiladora para expresarles su solidaridad ante la situación difícil que viven como asalariados.
Como una protesta en contra de las injusticias laborales que padecen, más de 500 trabajadores de empresas maquiladoras de Ciudad Juárez se reunieron el pasado mes de septiembre en el Monumento a Benito Juárez para participar en el evento al que llamaron “El grito maquilador”.
Ahí presentaron las demandas que consideran les darán la libertad que festejan los mexicanos en septiembre, como mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, mejor trato laboral y humanización de los empleadores, entre otros.
En el evento participaron empleados que han padecido trato injusto de parte de diversas empresas en Ciudad Juárez.
No obstante su situación laboral, los trabajadores disfrutaron de la velada que incluyó música y deguste de antojitos mexicanos.
Apoyo de organizaciones
En solidaridad con los empleados de maquiladoras, algunas organizaciones locales y binacionales se hicieron presentes en el evento.
Tal fue el caso del Instituto Fronterizo Esperanza, algunos de cuyos colaboradores se hicieron presentes como signo visible y haciendo eco de lo que manda la Doctrina Social de la Iglesia.
“Estamos aquí por nuestro compromiso en esa opción preferencial por los pobres y el medio ambiente. Venimos a dar nuestro apoyo a los obreros en su situación”, compartió Omar Ríos, integrante del Instituto.
Por su parte, Blanca Navarrete citó al Papa Francisco al agregar que la realidad es superior que las ideas, motivo por el cual el Instituto se hizo presente, en apoyo a esa realidad.
“Lo real es que hay una necesidad de acompañar y apoyar, de ser solidarios con los empleados y empleadas de maquiladora”, dijo Blanca.
El Instituto elaboró un pronunciamiento en el marco del grito de los trabajadores que aunque no fue leído en el evento en su totalidad, se presentó como muestra de apoyo al sector trabajador, y como una respuesta al llamado que el Papa Francisco hizo durante su visita a Ciudad Juárez, principalmente durante su encuentro con el Mundo del Trabajo.
Solidarios con los trabajadores
Pronunciamiento por los trabajadores
La mentalidad reinante pone el flujo de las personas al servicio del flujo de capitalres, provocando en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos para usar, tirar y descartar (Laudato Si, 123). Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días, y nosotros hemos de hacer todo lo possible para que estas situaciones no se produzcan más. Papa Francisco.
Cuando el Papa Francisco pronunció estas palabras en su encuentro con el mundo del trabajo en Ciudad Juárez, hizo un llamado muy claro al pueblo de fe: estar en la periferia del sufrimiento humano y acompañar el justo reclamo de los derechos laborales de las trabajadoras y los trabajadores de nuestra comunidad.
Durante los últimos años se han organizado diversos grupos al interior de las maquiladoras, tanto para exigir el cumplimiento de condiciones de trabajo ya efectivas, como para apelar a un derecho que parecía inalcanzable: contar con un sindicato. Sin olvidar los casos donde se clama por el pago de fondos de ahorro, las debidas indemnizaciones y el cuidado a la salud.
Si bien la industria maquiladora ha sido la fuente de ingresos de muchas familias en la frontera e incluso de quienes han llegado de otras ciudades y regiones del país, no podemos obviar que el desarrollo de ese sector de la economía ha sido posible gracias al sudor y el trabajo de hombres y mujeres dignos que día a día se esfuerzan por cumplir altos niveles de producción, en condiciones no siempre justas y con limitantes en el disfrute pleno de sus derechos.
Hemos escuchado a nuestros hermanos y hermanas que trabajan en Johnson Controls, empresa que tiene 700 demandas en Ciudad Juárez y 800 en Saltillo, Coahuila. Nos cuentan que esta empresa tiene una práctica discriminatoria: aquellas personas con lesiones en los dedos, las manos y las articulaciones, provocadas por los movimientos repetitivos de la cadena de producción y cuyo padecimiento se califica como riesgo de trabajo, son reubicadas en áreas donde se supone que realizarán trabajos de menor impacto, pero les niegan el derecho al aumento salarial como una forma de castigo por producir menos. “Lo que no produce se excluye a la manera de usar y tirar”.
En esta frontera se habla de la generación de empleos a través de la maquiladora, pero no suele cuestionarse cómo conciliar ésta con la vida familiar. Un trabajo digno debe permitir un salario suficiente en la jornada reglamentaria de trabajo y no apremiar a hombres y mujeres a emplearse horas extras para sufragar los gastos mínimos de su hogar.
Esta situación nos hace recordar a Don Manuel Talamás Camandari, primer Obispo de Ciudad Juárez, quien advirtió que con sus largas jornadas de trabajo, la maquiladora iba a crear niños huérfanos con padres vivos, no sólo porque se limita el descanso de quienes proveen el sustento al hogar, sino que se quebranta la convivencia y el cuidado de los hijos e hijas.
Como dijo nuestro hermano, el Papa Francisco: Cada sector tiene la obligación de velar por el bien del todo; todos estamos en el mismo barco. Todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro; que sea un espacio para construir sociedad y ciudadanía”, por eso estamos hoy aquí con ustedes, para acompañar su grito, respaldar su lucha y exhortar a las empresas a que cumplan dignamente lo que por ley les corresponde.