Diana Adriano
Lleno de alegría y con un corazón dispuesto a entregarse en su primer servicio como párroco, el padre Jesús Caldera recibió el pasado 05 de agosto su nueva parroquia con todos los derechos y facultades espirituales, pastorales y administrativas.
La comunidad parroquial de San Ignacio de Loyola, ubicada Praxedis G. Guerrero, en el Valle de Juárez, recibió al padre Caldera como su nuevo guía, participando con alegría en la toma de posesión celebrada por el obispo diocesano, José Guadalupe Torres Campos.
Lo hizo acompañado de su familia, amigos, sacerdotes y miembros de su anterior comunidad, San Martín Obispo, en la que se desempeñaba como vicario.
Al inicio de la celebración se leyó la carta de nombramiento, y el padre Jesús Caldera realizó su profesión de fe y juramento de fidelidad.
Le fueron entregados los Evangelios con la encomienda de proclamar y enseñar la Buena Nueva, así como los lugares celebrativos después del mensaje del obispo en el que le recordó al presbítero la importancia del servicio y la cercanía a la comunidad.
Comunidad rural
Una comunidad muy especial es la que atenderá el padre Jesús, por tratarse de una región rural, pero con la peculiaridad de estar en la frontera, y por ello con una actividad binacional.
Esta parroquia fue atendida por el padre Martín Magallanes durante 10 años y pertenece al Decanato del Valle de Juárez. Su comunidad siempre se ha destacado por ser muy entregada al servicio de Dios.
El territorio parroquial comprende un amplio territorio. Cuenta con la capilla de Colonia Esperanza. Colinda al norte y al este con Texas; al sur y al oeste con Guadalupe, DB.
Y la cabecera municipal -Praxedis- se encuentra a 411 kilómetros aproximadamente de la capital del Estado y tiene 27 localidades, todas rurales.
Por otra parte, destaca el templo parroquial San Ignacio de Loyola, que fue edificado en el Siglo XIX, localizado en la cabecera municipal.
Testigo de su amor
En su primer mensaje a la comunidad, el padre Jesús compartió estar muy agradecido con Dios por haber confiado en él para esta nueva tarea de acompañar a la comunidad vallejuarense.
“Estoy ansioso de iniciar esta tarea de servir y predicar el Evangelio en esta comunidad parroquial, que sin duda se ha dejado acompañar por el mensaje del Evangelio de la mano del padre Martín Magallanes”, expresó el presbítero.
También reflexionó junto a sus nuevos fieles cómo todos son parte del mismo Cuerpo -la Iglesia-, que tiene como cabeza a Cristo.
“Una vez que nos hemos encontrado con Cristo, no podemos mostrarnos indiferentes, no podemos callar lo que hemos visto y lo que hemos oído. Cristo nos ha llamado precisamente a una misión, donde tenemos que dar a conocer ese amor y misericordia”, recalcó el padre Caldera.
Por otro lado, dijo que antes de recibir la noticia de su nombramiento, él ya tenía en su corazón a esta comunidad y pedía por ella.
Acto seguido concluyó su mensaje con la frase de San Ignacio «Hay que poner más amor en las obras que en las palabras», la cual tomará de inspiración durante su servicio como párroco.
El párroco
Pbro. Jesús Caldera
Recibió el fuerte llamado al sacerdocio en el año 2005, en la parroquia Corpus Christi de Tierra Nueva, siendo miembro del movimiento de la Renovación Católica. Fue ordenado diácono el 28 de enero de 2016 y atendió la capilla Santo Niño en Samalayuca, perteneciente a Santa Teresa de Jesús. Fue ordenado Sacerdote el 8 de septiembre del 2017 y su primera parroquia de destino fue San Martín Obispo, donde fue vicario. Siempre se ha sentido muy cercano a los jóvenes de la Renovación Católica.