Diana Adriano
Bajo el lema “La familia, esperanza de la Iglesia”, los días 25 y 26 de marzo se vivió en distintas ciudades de México, Estados Unidos y Panamá la vigilia de Adoración, Hora Santa, procesión y misa de consagración por las familias y la vida.
La Diócesis de Ciudad Juárez se unió a este acontecimiento a través del movimiento Misión por el Amor de Dios en Todo el Mundo, con una vigilia de adoración al Santísimo Sacramento y Hora Santa dirigidas por los sacerdotes René Acosta y Mario Manríquez, en la Parroquia La Sagrada Familia, el viernes 25 de marzo.
Luego, el sábado 26 de marzo se realizó una procesión rumbo a la parroquia del Señor de la Misericordia.
Bien acompañados
Decenas de familias iniciaron la procesión acompañados de la imagen de la Sagrada Familia, fuente de la espiritualidad para toda familia humana y de la Iglesia.
Los equipos diocesanos de Congreso de Matrimonios, Movimiento Familiar Cristiano, Legión de María, 40 Días por la Vida y Mater Filius se hicieron presentes en este peregrinar portando pañuelos con el lema ‘Salvemos las dos vidas’, como muestra de su postura en defensa de la vida desde el momento de la concepción.
Agustín Rosas, coordinador del movimiento, explicó que con esta procesión quisieron dar a conocer que la familia tiene la misión de revelar, custodiar y comunicar el reflejo del amor de Dios, en una sociedad tan frecuentemente atacada por la ideología de género y cultura de la muerte.
“Estamos muy contentos por esta iniciativa y por la respuesta que hemos tenido. Esperamos dejar un mensaje contundente de amor a la familia y a la vida para todos los que vean esta peregrinación”, dijo.
En el camino, las familias entonaron cantos de amor a José, María y Jesús.
Misericordia quiero…
A su llegada a la parroquia El Señor de la Misericordia, el contingente se reunió en torno al altar para celebrar la Santa Misa de consagración por las familias, presidida por el obispo, don José Guadalupe Torres Campos.
Monseñor Torres estuvo acompañado de los presbíteros Juan Manuel Orona, Arturo Veleta, Amadeo Ruiz y Eduardo Hayen, de la Pastoral de la vida y otras dimensiones.
En su mensaje, el señor obispo compartió la llamada que Dios hace a través de su Palabra “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13)
“Seamos como ese publicano sencillo, humilde…que no nos dé miedo de defender a la familia y la presencia de Dios en la familia como un valor muy grande. No seamos como el fariseo, el egoísta que juzga, que señala, que presume”, resaltó el obispo.
De la misma manera invitó a participar con esperanza en la lucha que muchos hombres y mujeres de fe hacen a favor de la vida, como un compromiso de la Iglesia con el mundo de hoy.