Los obispos de Estados Unidos reunidos en asamblea plenaria en Baltimore eligieron hoy por primera vez a un inmigrante mexicano como nuevo presidente del Episcopado.
Mons. José Gomez, Arzobispo de Los Ángeles, quien servía como vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) fue elegido nuevo presidente del organismo para los próximos tres años.
“La elección como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos es un honor, no solo para mí sino para la Arquidiócesis de Los Ángeles y para cada latino en el país. Prometo servir con dedicación y amor; y siempre tratar de seguir a Jesucristo y buscar cumplir su voluntad para la Iglesia aquí en Estados Unidos”, escribió Mons. Gomez en una publicación en su cuenta de Facebook.
El Prelado nacido en Monterrey (México) se ha destacado en sus años como obispo en Estados Unidos por ser un gran defensor de los inmigrantes, de manera especial de las jóvenes generaciones.
El lunes 11 de noviembre, un día antes de su elección, organizó en una iglesia en Los Ángeles un Rosario y una Misa para rezar por los beneficiarios (dreamers) del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), ante la audiencia de la Corte Suprema en Washington que definiría este martes el futuro de cientos de miles de jóvenes.
El Arzobispo también se ha destacado en todos sus años de servicio episcopal como un promotor de la familia y del derecho a la vida de toda persona, ante las amenazas de la ideología de género y el aborto. Desde hace varios años publica su columna semanal en ACI Prensa.
“Yo solo quería ser sacerdote”, dijo Mons. Gomez en entrevista concedida a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– y “de algún modo Dios quiso que hiciera lo que estoy haciendo ahora. Cuenta con su gracia para ser fiel a lo que el Señor me pide hacer ahora”.
El Arzobispo comentó también que cuenta con “la intercesión de la Virgen de Guadalupe” a quien ha confiado siempre su ministerio.
El Prelado dijo además que en el año 2016 no esperaba ser elegido vicepresidente de la USCCB, algo que lo sorprendió. “Una vez que eres elegido vicepresidente, es muy probable entonces que te elijan presidente después. Todo el proceso fue una sorpresa para mí, pero veo que Dios me pide hacer esto y rezo para que con su gracia pueda hacer un buen trabajo”, relató.
Mons. Gomez comentó que “al ser Arzobispo de Los Ángeles tengo la gran oportunidad de estar con la gente porque hay muchas personas activas en esta Iglesia, así como en la conferencia de obispos, por lo que espero tener la oportunidad de compartir con todos para estar con la gente y seguir siendo pastor, que creo es mi vocación”.
El nuevo presidente de la USCCB resaltó lo que considera esencial para la vida de todos los fieles católicos: “Todo el mundo, comenzando con el Papa y pasando por cada obispo, sacerdote y diácono, estamos llamados a luchar por la santidad, con el llamado universal a esta que nos dejó el Concilio Vaticano II”.
“El Santo Padre insiste siempre en que debemos ser discípulos misioneros, y eso significa compartir la fe con todos los demás”, agregó.
Tras resaltar la importancia de los movimientos en la Iglesia actual, el Arzobispo recordó a los prelados que han dejado huella en él en Estados Unidos.
“He tenido la bendición de trabajar junto al Arzobispo (Charles) Chaput porque fui su Obispo Auxiliar, y él ha sido un ejemplo maravilloso para mí. También he recibido la influencia de otros como el Arzobispo Joseph Fierenze, el Arzobispo Patrick Flores, y el Cardenal William Levada, quien falleció hace poco. Fue un buen amigo”.
Sobre el difícil momento por el que atraviesa la Iglesia en Estados Unidos ante los escándalos de abusos sexuales, el Arzobispo dijo que es importante estar siempre en comunión con el Papa.
“La realidad de los obispos en Estados Unidos es que somos todos fieles al Papa Francisco”, resaltó. “Creo que estamos unidos aunque hay algunas percepciones de que no lo estamos. Pero la realidad, lo que veo, es que estamos unidos en nuestro ministerio en nuestra Iglesia”, subrayó.
Sobre los lugares en los que ha servido como obispo, Mons. Gomez dijo que “San Antonio fue básicamente una comunidad de dos culturas: la hispana y la anglosajona. Ahora en Los Ángeles tenemos gente de todo el mundo y mi ministerio es distinto”.
“Una cosa en la que el Papa Francisco insiste mucho es en el respeto por las culturas de los pueblos, en las distintas formas de culto. La gente en Perú o en México o en Vietnam tiene distintas formas de hacerlo. Entonces la Iglesia en Estados Unidos está aprendiendo cómo dirigirse a las necesidad de las personas en todo el mundo”, explicó.
El Arzobispo comentó además que, como presidente del Episcopado estadounidense, espera ayudar a la Iglesia “a entender realmente las realidades culturales de la gente en Estados Unidos. Creo que es importante que estemos abiertos a eso”.
“Con los inmigrantes no hablo de asimilación sino de integración. Que ellos puedan integrarse a la vida de los Estados Unidos y a la vida de la Iglesia”.
Mons. Gomez también se refirió a la fuente de la unidad en la Iglesia para unir la diversidad de culturas. “Obviamente tengo las mismas verdades que todos tenemos, la enseñanza de Jesucristo en la Iglesia Católica”, indicó.