Ana María Ibarra
Como una motivación a los católicos para que salgan a cumplir con su deber ciudadano el próximo domingo 6 de junio, sacerdotes y laicos de la diócesis local compartieron con Presencia y sus lectores la importancia que tiene para ellos salir a votar, así como el discernimiento que hacen antes de acudir a las urnas.
Aquí sus consideraciones:
¿Por qué es importante ir a votar?
Padre Víctor Fernández/ párroco de Santa Rosa de Lima y coordinador de la Dimensión de Laicos. A través de la elección de los candidatos a los distintos cargos gubernamentales, tanto a nivel federal como a nivel estatal y municipal tienen una gran responsabilidad de promover el bienestar del pueblo mexicano. Nosotros como buenos católicos, como buenos cristianos tenemos que ser excelentes ciudadanos y parte de nuestra responsabilidad de excelencia es ejercer el voto de manera responsable, de manera consciente y no quedarnos en abstenernos de salir a votar. Es una obligación que tenemos todos y también es un derecho y hay que ejercerlo y cumplir con nuestro deber ciudadano para seguir siendo esos buenos cristianos que somos.
Padre Juan Manuel Orona, rector del Seminario Conciliar.
Es importante primero, para el caminar y futuro de nuestro país, nuestro Estado y por supuesto de nuestro municipio. Como católicos y como ciudadanos tenemos un derecho y una responsabilidad. Tenemos que elegir a nuestros gobernantes por medio de la votación democrática y con responsabilidad. Es importante porque nos comprometemos como ciudadanos, como cristianos responsables a la transformación social, económica y del desarrollo de nuestra comunidad ejerciendo el voto y trabajando desde la propia trinchera.
Padre Oscar Enríquez, director del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte
La razón fundamental para salir a votar radica en la lectura correcta del artículo 40 de la Constitución Mexicana: “todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este, y el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Si tomamos conciencia del contenido de este principio es suficiente para valorar el voto, el momento de transmitir tu poder de gobernar a una determinada persona que en tu nombre y respondiendo a los verdaderos intereses del pueblo pretende gobernar. Este sería el primer paso de un modelo democrático. Pero para poder alterar o modificar una determinada forma de gobernar se requiere que le des seguimiento, que monitorees su manera de gobernar: conocer su organización, presupuesto, políticas públicas, prioridades, evaluar actividades, y detectar si da prioridad a los sectores más marginados. Se trata de una exigencia, denuncia y protesta permanente si no gobierna para todos, dando prioridad a los pobres. Y creo que no basta con exigir, hay que impulsar procesos de cambio social, de participación social con diversidad de agendas, se trata de responder a los retos con más sociedad civil: a más violencia, más sociedad civil; a más corrupción, más sociedad civil; a más impunidad, más sociedad civil; a tantos retos, más y mejores propuestas y tratar de articularnos y reconocernos en verdaderos procesos de cambio social. Generar dinamismo que generen nuevos actores civiles. Hay que hacer memoria de lo que hemos vivido hasta el momento presente y no olvidar que se manda obedeciendo. Voto libre, razonado y responsable.
Pbro. Luis Escudero/ Coordinador de la Comisión Diocesana de Pastoral Social
Como cristianos tenemos un compromiso con el Reino de Dios y aunque estemos muy desilusionados, decepcionados o desencantados de lo político, no existen todavía otros caminos para comprometernos con la edificación de ese Reino en lo temporal. Por eso es importante ir a votar para tener un camino de cómo presentarle a la sociedad los valores del Reino de Dios.
Que nadie te condicione
- Oscar Enríquez/ director del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte
Les comparto sinceramente mi discernimiento para votar: trato de informarme con cierta profundidad de la coyuntura del país: tomo en cuenta el pasado y el presente de los actuales partidos políticos y de algunas de sus figuras públicas más conocidas. Me parece necesario e indispensable hacer memoria de lo que hemos vivido. Sin memoria del pasado perdemos como pueblo el rumbo y corremos el riesgo de caer en los mismos sistemas y en las manos corrompidas que nos han despojado de tantos recursos como nación. Los nuevos frentes arrastran su pasado.
Doy seguimiento constante a fuentes de información alterna, como Aristegui Noticias, Rompeviento TV, Los Periodistas, Julio Astillero, etc.
Del actual régimen me preocupan las contradicciones, la falta de coherencia, los discursos polarizantes. Reconozco la complejidad de la problemática que enfrentan por la inseguridad, las más de 80 mil desapariciones, la crisis económica por la pandemia, el nombramiento de candidatos impresentables en varios estados del país. Reconozco el liderazgo incuestionable de AMLO y actitudes muy cuestionables en torno a la sociedad civil organizada, los derechos humanos, la participación política y alternativa de las mujeres, etcétera.
Y en medio de un panorama tan complejo y motivado por responder al proyecto de Dios que nos quiere unidos y con una espiritualidad muy samaritana veo necesario que nos representen los que son leales consigo mismos, los que no han mordido el fruto prohibido, los que tienen una opción clara y ética por los pobres, los que son más fieles a un proyecto de vida íntegra para todos y todas, los que creen en la verdadera dignidad humana de cada persona, abiertos al bien común.
Y creo que cada ciudadano debe formar su conciencia y votar de acuerdo a ella. Nada, ni nadie, por ningún motivo, puede condicionar tu acto de libertad de elegir libremente. Ni los medios de comunicación, ni los pastores religiosos pueden guiar tu voto. Como dijo alguien: el que esté sin ideología, que lance la primera piedra. Que sea tu decisión personal.
Termino con una reflexión del señor obispo Samuel Ruíz: “A pesar de esta oscuridad, esta es una hora de gracia; porque no nos toca ser expertos en las razones de lo oscuro, sino ser expertos en las razones de la luz. A pesar de lo oscuro, podemos detectar nosotros mejor lo que brilla, podemos conocer mejor las luces y proponernos como fortalecerlas, como articularlas; porque en el fondo nos toca ser impulsores de amaneceres, actores de esperanza”.