Diana Adriano
Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el estado de Chihuahua se posiciona en el sexto lugar a nivel nacional en cuanto a tasas de divorcio durante el año 2022.
Con una tasa de 31.8 divorcios por cada 10 mil habitantes mayores de 18 años, la entidad se ve superada por Campeche, Sinaloa, Coahuila, Aguascalientes y Tamaulipas.
Estos datos generan reflexiones en torno a la dinámica familiar en Chihuahua.
Luis Rubén Maldonado, coordinador de Comunicación Social del Poder Judicial del Estado de Chihuahua, compartió datos de los juzgados familiares en torno a este tema, así como consideraciones sobre este fenómeno.
En entrevista exclusiva con Periódico Presencia, expresó su preocupación y subrayó la importancia de comprender las causas detrás de estas cifras.
Señaló que factores económicos, sociales y culturales podrían estar influyendo en las dinámicas familiares que llevan a la toma de decisiones como el divorcio.
Diferencias generacionales
Al abordar la cuestión de si existen discrepancias entre las generaciones respecto al compromiso y la visión del matrimonio, el vocero expresó:
“Considero que sí, y es un aspecto digno de análisis. En la actualidad observamos un cambio en la perspectiva hacia el matrimonio. Las generaciones más jóvenes tienden a verlo como una relación de pareja, más que como el compromiso sólido que solía ser».
Maldonado destacó que este cambio en la percepción se ha reflejado incluso en el ámbito legal.
“Hoy en día ya puedes casarte, y si la relación no resulta como esperabas, es mucho más sencillo recurrir al divorcio. Antes, había causales específicas que debían acreditarse para obtener el divorcio, pero ahora, simplemente expresar la decisión ante un tribunal es suficiente», dijo.
El funcionario subrayó la importancia de comprender este cambio cultural y sus implicaciones.
“Como sociedad, debemos adaptarnos a estas transformaciones en las dinámicas familiares y las percepciones del matrimonio. Esto implica ajustes no solo en la legislación, sino también en la forma en que brindamos apoyo a las parejas, especialmente a las más jóvenes, que pueden enfrentar desafíos diferentes en comparación con generaciones anteriores”.
Con cifras de los juzgados que reportan un aumento significativo en los casos de divorcios, sobre todo de parejas jóvenes, el funcionario dijo que hay un cambio de paradigma en la percepción del matrimonio, en el que las nuevas generaciones parecen abordar la institución con una perspectiva más flexible y menos comprometida.
“Ya no ven el matrimonio como un compromiso real, aunque siga habiendo hijos de por medio. No buscan opciones de solución», citó.
Causas más comunes
Al abordar las causas más comunes de los divorcios, el entrevistado destacó que “tristemente involucran hechos de violencia”.
“Hay una situación muy marcada en Ciudad Juárez de agresiones que impiden a las parejas que sigan viviendo juntas. Acuden por todo tipo de violencias”, dijo, destacando que este panorama se hizo más evidente durante la pandemia.
«Otras causas son los abandonos y son las más frecuentes», añadió.
Por ello señaló la urgencia de abordar la violencia doméstica como un factor central en el análisis de las dinámicas familiares, así como revisar el fenómeno desde la raíz, con un enfoque multidisciplinario, involucrando no solo a los tribunales y el sistema legal, sino también a programas de prevención de violencia y apoyo a las víctimas.
Mutuo acuerdo o disolución
Según los datos proporcionados por el entrevistado, en 2021 en Ciudad Juárez se registraron 3 mil 135 divorcios por mutuo acuerdo y 2 mil 675 por disolución. Sugirió que esta cifra refleja una tendencia, en la región, hacia el divorcio voluntario.
“La violencia es el mayor causante para que las personas no lleguen a un divorcio de común acuerdo, porque cuando hay agresión es muy difícil. Sin embargo, en otros casos trabajamos mucho en la conciliación para buscar soluciones que beneficien a ambas partes, cuando sea posible”.
De acuerdo al vocero, la dificultad de llegar a un acuerdo mutuo en situaciones de agresión, subraya la necesidad de intervenciones especializadas para abordar la violencia doméstica y proporcionar apoyo a las víctimas.
Prevenir antes que lamentar
Para el funcionario del Poder Judicial, aunque en el Estado existen programas e instituciones que brindan apoyo a las parejas con problemáticas familiares, lamentablemente las parejas que acuden a un tribunal es porque han llegado a un punto sin retorno en su relación.
“Existen programas e instituciones que nos apoyan como tribunales con las problemáticas familiares y sí hay casos en que se ha conciliado, se ha salvado la relación, pero son excepciones”, explicó.
Dijo que por ello es preciso implementar estrategias de prevención y educación antes de que las parejas lleguen al punto de acudir a los tribunales.
Asimismo, explicó la necesidad de promover programas que fortalezcan las relaciones desde el inicio del matrimonio, abordando temas cruciales como la comunicación, la resolución de conflictos y la comprensión mutua.
«Es vital intervenir antes de que las parejas lleguen al punto de buscar una solución legal. La educación matrimonial y la terapia de pareja pueden desempeñar un papel crucial en la prevención de conflictos y ayudar en la construcción de relaciones sólidas», expresó.
Cómo puede ayudar la sociedad
El entrevistado sugirió que, excluyendo los casos de violencia, la sociedad y las autoridades pueden colaborar en la difusión de valores familiares para disminuir las tasas de divorcio y promover un compromiso más serio hacia el matrimonio.
«Es importante enseñar que el compromiso del matrimonio no sea tomado a la ligera», señaló.
Dijo que parte de la prevención del divorcio tiene qué ver con la enseñanza de valores como la comprensión, el respeto mutuo y la comunicación asertiva.
Finalizó diciendo que, a pesar de los desafíos actuales, existen oportunidades para trabajar en la construcción de una sociedad que valore y apoye la institución del matrimonio.
«Es necesario trabajar en la promoción de valores familiares desde diferentes frentes: educación, medios de comunicación y programas comunitarios. Fomentar un entendimiento más profundo del compromiso matrimonial puede contribuir a reducir la frecuencia de divorcios», concluyó.