Ana María Ibarra
Con motivo del Año de San José y del 150 aniversario de la proclamación como patrono de la Iglesia Universal, el Instituto Bíblico San Jerónimo llevó a cabo el pasado 01 de mayo, día de San José Obero, un Foro para reflexionar los siete valores del padre adoptivo de Jesús.
Participaron el padre César Campa, director del instituto, así como del sacerdote Manuel Bañuelos, la psicóloga Victoria Nettel y el ingeniero Jaime Marín, integrante del instituto. Fungió como moderadora Katy Méndez, también del IBSJ.
Padre de ternura
El padre Manuel Mañuelos, reflexionó sobre San José como padre amado y padre en la ternura.
“San José es una persona tierna. Siendo padre, llevó la ternura de manera espectacular con el Hijo de Dios y experiementó la ternura de Dios”, compartió para luego agregar sobre los consagrados:
“Vivimos la experiencia de Dios tierno. Al atender una comunidad, a veces queremos imponer nuestra autoridad de manera agresiva, pero debemos aprender de san José que no lo hizo así. Los feligreses también. Si vamos a compartir la fe, que sea con ternura”, señaló.
Obediencia y acogida
Por su parte, el padre César Campa habló de San José como padre en la obediencia y en la acogida.
“San José es ejemplo de obediencia. Pido a Dios para que, confiando como un niño, llegue a obedecerlo siempre, y pido la virtud de la fe”, expresó.
Tomando la frase “el que obedece no se equivoca”, el padre César habló de la importancia de creer y obedecer a Dios en lo que dice a través de la Iglesia, que es madre y maestra.
“Creer y obedecer están unidas. Aceptar con convicción que su voluntad es la paz de la persona, para eso hay que tener una gran fe”, explicó.
Valentía creativa
Valentía creativa es el valor reflexionado por la psicóloga Victoria Nettel de Robles, quien desde su experiencia con el trabajo emocional de las personas resaltó la importancia de que el ser humano pueda reconciliarese consigo mismo.
“La valentía creativa le permitió a San José lograr esa reconciliación. Es algo que lleva mucho tiempo lograr. No hay familia perfecta, ni papá, ni mamá, ni hijos perfectos. Somos seres humanos y nuestras historias son muy distintas”, expresó.
Y abundó: “Reconciliarnos con nuestra propia realidad nos hace crecer; también las cosas negativas me permiten crecer. Dios quiere que seamos libres para amar, para creer y decirle Sí al Señor”.
Trabajador y en la sombra
San José como padre trabajador y en la sombra, fue la reflexión a cargo del ingeniero Jaime Marín.
“En San José podemos ver el ejemplo del trabajador que realiza su labor con orgullo, con alegría, con rectitud…Trabajando somos cocreadores del mundo gracias a la disponibilidad de los dones que Dios nos ha dado”, dijo.
Por otra parte, meditó en que San José es la sombra de Dios en la tierra.
“Y es Dios quien nos ha prestado a nuestros hijos para que los amemos, los criemos y los dejemos ser”, dijo.
Al finalizar las exposiciones se dieron unos minutos para despejar dudas y el evento concluyó con una oración.