Ana María Ibarra
Representantes de instituciones de asistencia a personas en movilidad de Juárez y El Paso, así como algunos migrantes, participaron en la misa por el primer aniversario del incendio en el centro de detención del Instituto Nacional de Migración, donde perecieron 40 migrantes.
La celebración se realizó en Catedral, presidida por el obispo diocesano, don J. Guadalupe Torres Campos, acompañado por monseñor Mark Seitz, obispo de El Paso y los sacerdotes Francisco Bueno, coordinador de la Dimensión de Movilidad Humana; Arturo Martínez, vicario de Catedral; y David García, coordinador de Movilidad Humana de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes.
Acompañar con amor
En el inicio de la Semana Santa, la Iglesia binacional se reunió para recordar a los migrantes fallecidos el 27 de marzo del 2023 en el incendio que se atendió de manera negligente en el centro de detención.
Los asistentes a la misa pidieron por las personas afectadas y sus familias, así como por todos los migrantes que a lo largo del camino rumbo a Estados Unidos también han fallecido
Con los nombres de los migrantes fallecidos escritos en hojas blancas, personas hospedadas en la Casa del Migrante entraron por el pasillo central para recordarle a la comunidad y a las autoridades que esos nombres no se han borrado de la mente ni del corazón de sus familias. Otros migrantes que portaron banderas de distintos países los esperaban dentro del templo.
En su homilía, el obispo Torres Campos resaltó la presencia de estas personas migrantes.
“Nos alegra su presencia, nos ilumina, nos da luz y esperanza. Es Dios quien a través de ustedes nos llama y nos invita a mirarlos con amor, a cuidarlos con amor, a acompañarlos con amor”, expresó.
De igual manera hizo alusión a los representantes de asociaciones civiles y albergues que, dijo, hacen una gran labor en bien de los migrantes.
Ser Betania
El obispo reflexionó sobre el evangelio del día, que muestra a Jesús rumbo a Jerusalén haciendo una parada en Betania, en la casa de sus amigos María, Martha y Lázaro, a seis días de la Pascua.
“Jesús es migrante, va de un lugar a otro, camina a Jerusalén y su caminar no es fácil. Lo quieren apedrear, lo quieren tirar del barranco, lo insultan. Llega la hora de su muerte en cruz para salvarnos”, reflexionó.
Resaltó el motivo de la Eucaristía en el primer aniversario “de aquel triste incendio que hermanos migrantes murieron de manera reprobable”.
“Esos hermanos representan a miles que han muerto al salir de sus países. En cada uno de ustedes está Cristo. Betania, un lugar donde me siento a gusto, el ideal de Iglesia, de sociedad. La palabra de Dios nos invita a ser Betania con los pobres, enfermos y migrantes”.
Corazones de roca
Al final de la celebración, el Obispo de El Paso, don Mark Seitz, expresó que es muy importante no olvidar el suceso de hace un año.
“No es posible imaginar los sufrimientos que pasaron las víctimas y sus familias. Estamos muy tristes cuando pensamos en el sufrimiento que pasaron. Y en esta reflexión tenemos que decir que es una gran falta de amor en el mundo, no es solo responsabilidad de los involucrados, sino de los países, de mi país también”, señaló.
El obispo pidió perdón a Dios por “nuestros corazones de roca más que de carne”.
“En esta semana recibimos el llamado de amar como Él, amar a nuestros hermanos y hermanas migrantes. Hemos recibido en esta tragedia la llamada de vivir más como cristianos. Algo bueno puede venir. Vamos a rezar en estos días sagrados”, motivó.