Ana María Ibarra
Acciones de gracias y peticiones llevaron en su corazón los fieles que participaron en la fiesta patronal del Divino Niño, en la capilla dedicada a esta imagen de la Infancia de Jesús, perteneciente a la parroquia Santa Inés, ubicada en la colonia Praderas del Henequen.
Fue el pasado domingo 20 de julio cuando se realizó la celebración, en la que el padre Hugo Muñoz, párroco de la comunidad y fiel devoto del Divino Niño, resaltó el hecho de que su imagen se encuentre con los brazos abiertos, signo del abrazo que desea dar a su pueblo.
“Pidámosle al Niño que nos abrace”, expresó.
En su homilía, el sacerdote reflexionó en torno a la primera lectura y luego se refirió a la fiesta patronal del día.
“Este día el calor sale sobrando, y ese es el mensaje de la primera lectura: no importa el sol, no importan las calamidades si le abrimos el corazón a Jesús”, dijo.
Por otra parte, citó el evangelio para reflexionar:
“Cuando uno aloja al Señor no se preocupa por las calamidades. Cuando venimos de puertas abiertas, Él puede darnos calma”, motivó.
Para continuar con el festejo, en las afueras de la capilla se realizó una vendimia de antojitos.

Quieren su capilla
La comunidad de esta capilla de la parroquia Santa Inés, comenzó reuniéndose en un predio del fraccionamiento Praderas del Henequén, donde el sacerdote Francisco Herrera los apoyó para conseguir un espacio para la catequesis y la evangelización, y que los niños pudieran hacer su primera Comunión.
“Al principio se usaron las canchas del parque, hubo poca respuesta. Nos fuimos al parque Paquimé, hubo un poco más de gente, pero no se logró hacer un grupo. Decidimos regresar a las canchas y afortunadamente aumentó el número de gente que se congregó”, relató Isabel Tovar, una de las fundadoras de la comunidad.
Dijo que los fieles comenzaron a construir una capilla sencilla con madera, y es así como nació la comunidad de la capilla Divino Niño, hace poco más de 20 años.
Pero a pesar del tiempo, no han logrado que el municipio les otorgue un espacio definitivo para poder construir su templo, explicó por su parte Perla Linares, otra de las fundadoras.
“Los cambios de gobierno nos han detenido. Cuando nos piden requisitos, los llevamos, esperamos respuesta, pero llega otro y nos quedamos esperando… y hay que volver a realizar el trámite”, explicó.
Reconoció que es un inconveniente que la capilla se encuentre en terrenos del parque, sin embargo dijo que seguirán solicitando aunque sea ese pequeño espacio.
“Quisiéramos tener algo más bonito. Hemos pedido ayuda y los sacerdotes nos han apoyado. Por lo pronto invitamos a todos los devotos del Divino Niño a que vengan a nuestra capilla, los esperamos con los brazos abiertos”, afirmó.

Para saber…
En los años 30s, en Bogotá, Colombia, el P. Juan del Rizzo buscó difundir la devoción al Niño Jesús de Praga, pero hubo reticencia debido al uso del locativo «de Praga». El sacerdote encontró en un taller de arte religioso una imagen del Niño Jesús, parado sobre una nube, con los brazos extendidos y vestido con una túnica rosada. Llevó la imagen a la obra juvenil salesiana en el barrio «20 de Julio» de Bogotá, donde años más tarde se construiría el Santuario Divino Niño Jesús y donde se comenzó a venerar la imagen, precisamente el día 20 de julio (día de la Independencia de Colombia).


































































