Claudia Iveth Robles
En una misa muy significativa por las circunstancias que se viven de pandemia, alrededor de 80 enfermos recibieron el sacramento de la unción de manos del obispo don José Guadalupe Torres Campos.
La misa de enfermos se realizó en el Miércoles Santo, el pasado 31 de marzo en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se tomaron todas las medidas sanitarias requeridas para el cuidado de todos.
Para la administración del sacramento se hicieron presentes los sacerdotes Eduardo Hayen, Jesús Ramírez y Rafael Saldívar, párroco y vicarios de Catedral, respectivamente. También los padres Juan Carlos López, párroco de San Felipe de Jesús, y Juan Manuel Orona, rector del Seminario Conciliar.
Acompañados por familiares, en sillas de ruedas, con muletas o su propio pie, los enfermos, escucharon atentos las palabras del obispo, quien los invitó a ofrecer sus dolores a Cristo y a vivir sus padecimientos unidos a la Pasión del Salvador.
“El Señor conoce nuestras debilidades, momentos difíciles, nuestros pecados, pensamientos a veces no son tan buenos y por eso hoy le pedimos socorro… acompañemos a Jesús en estos días de su Pasión”, dijo el obispo.
Monseñor Torres pidió a los enfermos ver sus males como gracia y don, y dijo que unirlos al dolor de Cristo “es un regalo que Dios nos da en la enfermedad para recibir gracias abundantes”.
A los cuidadores
El obispo también se dirigió a quienes cuidan a los enfermos y les pidió ver con amor la misión que Dios les ha confiado, ya sea como médicos, enfermeras, hijos, hermanos o esposos y hasta vecinos.
A ellos los invitó a no caer en la indiferencia, en la impaciencia, sino orar y confiar en la infinita misericordia de Dios.
Al terminar la homilía, obispo y sacerdotes realizaron la oración invocando el auxilio de Dios y pidiendo por la salud de los cerca de 80 enfermos presentes, previo a administrar el sacramento de gracia para sentir la cercanía de Dios en medio de la debilidad.
Enseguida los ministros pasaron por los pasillos de la Catedral para ungir a cada uno de los enfermos presentes.
Testimonios
Entre ellos estaba la niña Edith Guadalupe, de 12 de años de edad, quien hace 9 meses fue diagnosticada con leucemia, siendo la segunda vez que recae, ya que anteriormente había vencido un cáncer de riñón.
“Hemos pasado muchas dificultades, ella ha estado internada y situaciones de familia que no le deseamos a nadie, porque es una enfermedad terrible”, dijo Emma, mamá de Edith, quien clamó a Dios por la salud de su hija.
Por su parte, don Eleuterio Soria, de 88 años fue llevado por su hija Lorena Soria, quien compartió que su papá sufrió dos preinfartos y algunos problemas con su próstata.
“Mi alegría es muy grande. Doy gracias a Dios de que mi papá se pudiera preparar para la salud física y espiritual con este sacramento que sabemos es de sanación y salvación, para que el día que Dios lo quiera llamar, esté listo”, dijo Lorena.
Al final de la misa, los enfermos recibieron la bendición de parte del obispo y los sacerdotes, y se fueron alegres de haber recibido una caricia de Dios en medio de su enfermedad.