- Seminaristas iniciaron el año con un encuentro personal con Cristo, guiados por sacerdotes invitados en ejercicios espirituales.
Ana María Ibarra
Previo a que inicien las clases, jóvenes seminaristas vivieron una semana de ejercicios espirituales del 5 al 10 de enero, días en que estuvieron en oración y silencio para encontrarse con Dios y presentarle su vida.
Días de encuentro
La semana de ejercicios espirituales se realizaron, como cada año, durante la segunda semana de enero, fecha en que los jóvenes regresan al Seminario después de sus vacaciones de Navidad y Año Nuevo, explicó el padre Alberto Castillo, prefecto de disciplina en el Seminario.
“El objetivo de los ejercicios espirituales es que durante unos días en silencio y oración los muchachos puedan presentarles su vida a Dios y dejarse iluminar, consolar y cuestionar por los principios y las palabras de Jesucristo. Es una experiencia de encuentro con Jesús”, compartió el padre Castillo.
Añadió que, como formadores, desean que este tiempo sea también de encuentro que sane, impulse y exhorte a los muchachos para que puedan reflejar cada vez más la presencia de Jesús en el mundo como es propio de la vocación de un futuro sacerdote.
“Ellos volvieron el domingo cinco de enero y por la noche de ese día comenzaron con su primera meditación. Puede parecer un tiempo muy largo para estar en silencio y oración, pero el tiempo prolongado nos ayuda a darle profundidad y hondura al encuentro con Dios”, afirmó.
Con este momento de encuentro, los jóvenes pueden lograr que toda la vida sus actitudes, sus reacciones, incluso impulsivas, sean cuestionadas frente a lo que Jesucristo les dice en la oración al corazón, expuso.
“Es una oportunidad de renovación interior. Se busca con los ejercicios espirituales, reformar, darle una nueva forma a la propia vida”.
Pide oración
El padre Alberto explicó que los jóvenes viven sus ejercicios espirituales según sus etapas de formación, es decir, cada uno con sus compañeros de facultad.
“Cada uno vive su semana por separado porque los contenidos y los cuestionamientos son diferentes para cada edad. Además, cuentan con un director espiritual y un tono diverso en las mismas charlas, en cada facultad”.
Por razones obvias, dijo el sacerdote, se busca que los jóvenes escuchen otras voces diferentes a loa de sus formadores, que les haga más fácil meditar, por lo que se invita a sacerdotes de fuera. “Para preparatoria se invitó al padre Hugo Muñoz de la parroquia San Lucas. El curso introductorio cuenta con la presencia del padre Eduardo Hayen de Catedral. En filosofía se invitó al padre Oscar Gaytán, párroco de San Juan Bautista de Chihuahua capital. Y para teología tenemos al padre Salvador Magallanes de San Judas Tadeo”.
Los ejercicios concluyeron el viernes 10 de enero con una misa en cada facultad, con el respectivo director de ejercicios espirituales.
En este contexto el padre Alberto pidió a la comunidad diocesana seguir orando por los jóvenes y los sacerdotes.
“Nos encomendamos a su oración. Lo más importante que un sacerdote debe tener es un corazón siempre atento a Jesús, dispuesto a convertirse, lleno de Dios. La oración de todos es nuestro más grande apoyo”, finalizó.
Frase…
“Pidan mucho al Señor por la santidad de los sacerdotes, por la formación de los seminaristas, y nosotros esperaremos seguirles sirviendo con un corazón de pastores”..
Pbro. Alberto Castillo, prefecto de disciplina.
Directores de Ejercicios Espirituales 2020
Preparatoria- Pbro. Hugo Muñoz, parroquia San Lucas.
Curso introductorio- Pbro. Eduardo Hayen, Catedral.
Filosofía- Pbro. Oscar Gaytán, parroquia San Juan Bautista (Chihuahua)
Teología- Pbro. Salvador Magallanes San Judas Tadeo