Ana María Ibarra
El obispo don J. Guadalupe Torres Campos realizó la imposición de sotanas a nueve seminaristas del Seminario Menor que cursan la Preparatoria, y siete del Curso Introductorio del Seminario Diocesano.
La misa de imposición de sotanas se llevó a cabo el pasado martes 23 de noviembre ante la presencia de algunos párrocos, familiares y amigos.
En su homilía el obispo se dirigió de manera especial a los 16 jóvenes, a quienes invitó a “tomar la sotana como un signo de humildad y de moderación en nuestro vestir ya que es un recordatorio permanente de llevar una vida de santidad”.
También animó a las familias y amigos del Seminario para que más allá de las apariencias por usar esta vestimenta, sea un recordatorio constante de saber que el cristiano está llamado a dejar todo por el Reino de los Cielos.
En un momento especial, los seminaristas recibieron de manos del señor obispo y los sacerdotes formadores la sotana negra y la banda propia del seminarista.
Cabe mencionar que la sotana es un signo que en cierto grado expresa su ser y su afán de querer consagrar su vida al servicio de Dios a través de los hermanos.
Expresiones
“Las palabras del obispo a los muchachos fueron significativas, pues la recomendación de portarla con orgullo por ser un gesto público del proceso formativo también pone en evidencia la disposición y la deseo de crecer de los seminaristas. Este aliciente del camino es un signo que sirvió para formar aún más una sola comunidad en el Curso Introductorio”, dijo el padre Galo Sánchez, uno de los formadores.
Por su parte, el seminarista Roberto Almodóvar, del Curso Introductorio, hijo del diácono permanente Fernando Almodóvar, dijo que fue un momento de alegría e incluso de nervios.
“Significa para mí un compromiso que he aceptado y que Cristo y la Santa Madre Iglesia me concedió. Portar este signo significa mucho para mí, es el compromiso de solo vivir para Cristo y para el servicio de los demás con una disposición totalmente llena de alegría, amable y cordial”, expresó Roberto.
Asimismo, Leonardo Rafael Díaz Peniche, alumno de segundo año de Preparatoria, dijo que el haber recibido la sotana es signo de misericordia de Dios hacia su vida.
“Algo que me queda grabado fueron las palabras de nuestro obispo sobre la vocación del joven Samuel al ser llamado tres veces y contestarle: ¨habla, Señor, que tu siervo te escucha¨; esto es lo que significa para mí haber recibido la sotana”.
Finalmente, el promotor vocacional, el padre Luis Maldonado, animó a la comunidad a orar por las vocaciones para que surjan abundantes vocaciones para el Seminario Diocesano e invitó a los jóvenes a iniciar un proceso vocacional para descubrir cuál es la vocación a la que Dios los está llamado.