Ana María Ibarra
En el marco de la solemnidad de Santa María de Guadalupe y en torno al Día de los Derechos Humanos que se celebra el 10 de diciembre, el Instituto Fronterizo Esperanza, en conjunto con otras agrupaciones, organizó un encuentro de reflexión para profundizar la Encarnación partiendo de la realidad.
La actividad, coinsistente en un recorrido de silencio y reflexión, se inspiró en la espiritualidad de san Ignacio de Loyola.
El “Itinerario de la Encarnación”, como se le denominó, el evento se realizó el pasado 10 de diciembre en la parroquia San Pedro y San Pablo, ubicada al poniente de la ciudad y pastoreada por el padre Benjamín Cadena.
Algunos salones, el atrio y la nave central del templo fueron ambientados para que los asistentes pudieran descubrir que, a pesar de lo cruda que es la realidad que vive la humanidad, Dios invita a ir por el mundo con esperanza.
Realidad actual
Para iniciar el recorrido, los asistentes visualizaron la crisis que se vive actualmente, tanto a nivel local como mundial a través de imágenes que ilustraban del desempleo, la impunidad, la corrupción, desapariciones forzadas, migración, guerra, etcétera.
Después de la contemplación, los participantes hicieron momentos en silencio y reflexión personal y salieron de la sala meditando algunas interrogantes planteadas por los organizadores: ¿He fomentado esta realidad?, ¿cómo?, ¿He sido indiferente?, ¿cuándo?.
Hacer redención
En el siguiente espacio de reflexión contemplaron dos posturas ante esta realidad: ponerse en movimiento o quedarse paralizado.
Ahí pudieron descubrir una tercera vía, que es la contemplada en la Encarnación, haciendo conciencia de que sin Dios se puede caer en la desolación, por lo poco que puede el ser humano hacer ante lo que sucede en el mundo.
Los asistentes fueron invitados a contemplar la realidad como la mira el Padre, el Hijo y Espíritu Santo y a hacer conciencia de que el Plan de Salvación brota de mirar la realidad y de saber que hombres y mujeres son invitados a hacer la redención.
Decir sí como María
También durante este momento, los asistentes fueron invitados a contemplar a María, mujer joven, pobre, sencilla, quien recibe una misión: ser parte del plan de Dios, para el cual requiere dar un “sí”.
En el silencio, los asistentes pudieron meditar que este “sí” en realidad le complica la vida a María. Sin embargo su valentía, su fe y libertad trajeron al Emmanuel, al “Dios con nosotros”.
Cada uno de los participantes descubrieron que es necesario decir “sí quiero” para dejar actuar la gracia de Dios.
Cristianismo encarnado
En el recorrido, los asistentes acompañaron a María en su camino hacia Belén, al nacimiento de Cristo, a la encarnación del cristianismo.
Y frente a las imágenes del nacimiento colocado afuera del templo, los presentes fueron invitados a contemplar la encarnación, para así revitalizar su identidad como cristianos, vivir una misión de esperanza y un proyecto de reconciliación, haciendo redención con Cristo. El itinerario concluyó con la interrogante: ¿a qué me siento llamado?
Como parte final, los asistentes se reunieron para compartir sus sentimientos, entre los que prevaleció la tristeza de contemplar la realidad, pero que luego pasó a la esperanza de la redención, y a un compromiso a unirse a Cristo en su misión.
El verdadero significado de la Navidad
Colaboraron en el Itinerario de la Encarnación el Instituto Fronterizo Esperanza, el padre Benjamín Cadena, párroco de San Pedro y San Pablo; Salvador González, de Fundación Madre Nuestra y la maestra Teresa Almada, de CASA Promoción Juvenil, quienes presentaron reflexiones y cantos de Adviento enfocados a la realidad social.
“Esta es una iniciativa para reflexionar el misterio de la Encarnación. El plan de Dios es ofrecernos, en Cristo, la redención del género humano y toca aspectos sociales de la realidad humana”, dijo el padre Benjamín Cadena.
Explicó que Dios nos enseña a mirar la realidad con esperanza y el sí de María nos invita a un compromiso de fe que aliente proyectos comunitarios.
“La invitación de Dios es no quedar indiferentes. Este es el significado de la Navidad: Dios que nos invita a colaborar en su plan de redención”, agregó.
Hablan organizadores
Por su parte, Salvador González dijo que con mucha frecuencia la Navidad se queda en superficialidades, en regalos, el arbolito y reuniones familiares, que aunque tienen su belleza, también adormecen y hacen escapar de la realidad.
“La intención es ver que el Señor se hizo hombre con la intención de guiarnos ante la realidad. Dios ve al mundo con nosotros y nos invita a ‘hacer redención’. María es la primera que dice Sí””, expuso.
Para Blanca Navarrete, del Instituto Fronterizo Esperanza, “En esta época navideña Jesús nos invita a encarnarnos en la vida de nuestra comunidad fronteriza, en esa realidad de dolor”.
Dijo que pareciera que Navidad es un momento de desolación, pero hay que recordar que es cuando Dios se encarna a través de una mujer joven y pobre, para hacerse presente y contemplar la humanidad desde la misma tierra y así “transformar el dolor en esperanza”.