Decenas de acólitos vivieron un retiro en el día de su santo patrono, el niño mártir San Tarcisio…
Ana María Ibarra
Para celebrar el día de San Tarsicio, niño mártir, patrono de los monaguillos, cientos de pequeños servidores del altar reflexionaron a través de representaciones las 14 obras de misericordia espirituales y corporales.
Esto durante el retiro de monaguillos que se realizó el pasado 30 de abril en el Seminario Conciliar.
Monaguillos y monaguillas se envolvieron en gozo alabando al Señor al inicio del evento para enseguida pasar a la reflexión, compartir un sencillo refrigerio y concluir con una misa presidida por el obispo don José Guadalupe quien los envió a vivir a ejemplo de san Tarsicio.
Aprendizaje
Los pequeños, procedentes de las distintas parroquias de la diócesis, recibieron de parte de los organizadores una hoja donde se encontraban escritas cada una de las 14 obras de misericordia.
Enseguida, fueron llevados a las afueras de la casa de formación donde se encontraban representadas cada una de las obras.
Los servidores se detuvieron en cada una de ellas para, a través de parábolas y reflexiones conocer más acerca del sentido de las obras de misericordia.
En esta dinámica, los encargados de mostrar las obras de misericordia hicieron partícipes a los pequeños, quienes estuvieron atentos y muy participativos en este encuentro.
Finalmente, con su hoja sellada, los monaguillos concluyeron este espacio llevando un nuevo aprendizaje para su vida cotidiana.
Enviados por el obispo
Al medio día, los monaguillos se prepararon con túnica y roquete para participar en la Eucaristía al aire libre presidida por monseñor Torres Campos, quien estuvo acompañado por los sacerdotes Luis Escudero, Leonardo García, Marcelino Delfín y Jesús Tovar.
En su homilía el obispo reflexionó con los pequeños dos aspectos del evangelio del día “los he elegido y los he separado del mundo”. (Jn 15,16).
“Fuimos separados del mundo para una misión. Ustedes queridos monaguillos han sido elegidos por el Bautismo para el servicio en el altar, un servicio muy importante en la Iglesia”, dijo don José Guadalupe.
El obispo les explicó que su misión no es solo servir en el altar, sino también ir al mundo de otros niños, a sus familias y a la escuela a dar testimonio de Cristo Resucitado, a ejemplo de san Tarsicio.
“A san Tarsicio Dios lo llamó a la santidad, a la gracia, fue tanto su amor que entregó su vida por Jesús Dios los elige a ustedes y los llama a seguir trabajando en el servicio del altar. Los envío a sus parroquias pero también al mundo a ser buenos niños, lleven a Cristo en sus sentimientos y pensamientos”, les dijo.
Y agregó: “Sean santos, buenos hijos, buenos hermanos, buenos amigos. Hablen de Cristo a sus amigos, no tengan miedo”.
En el momento del ofertorio, fueron ofrecidos junto con el Pan y el Vino, algunas despensas que los niños llevaron.
Para finalizar, el padre Leonardo García agradeció al obispo por su presencia y los niños brindaron un cariñoso aplauso.